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El Santander ofrece por primera vez cobrar parte del dividendo en acciones

La operación, de carácter voluntario, tiene ventajas fiscales y refuerza el capital

Íñigo de Barrón

El Santander es un banco que acostumbra a dar sorpresas, y ayer siguió la tradición. Después de lanzar una campaña en la que resalta que es el banco internacional que más dividendo ofrece en efectivo, presentó ayer un plan novedoso que abre la puerta al cobro en títulos. Los accionistas del Santander que lo deseen podrán percibir en acciones nuevas el segundo dividendo a cuenta, que se reparte en noviembre, aunque también podrán seguir optando por cobrarlo en metálico. La fórmula es pionera en España, aunque Mapfre también tiene un programa de reinversión de dividendos mediante ampliaciones de capital.

Para ejecutar la medida, el Consejo de Administración propondrá a la junta de accionistas ampliar capital por unos 1.000 millones. La cantidad final dependerá de la demanda de títulos.

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Según el director financiero, José Antonio Álvarez, esta iniciativa responde a las sugerencias formuladas por algunos accionistas que reinvierten el dividendo en títulos del banco. Hasta ahora, suponen el 8% del capital (incluida la familia Botín). Los tres dividendos restantes se pagarán exclusivamente en efectivo, aunque la entidad no descarta ampliar la fórmula a más pagos en próximos ejercicios, si es bien acogido por los accionistas.

Una ventaja de esta fórmula, que está tomada del gigante británico HSBC, es que las acciones nuevas que se reciban no tributan al 18%, como el dividendo en efectivo. Para los que reinvierten las acciones, también les ahorra los costes de la operativa.

Álvarez aseguró que con esta medida "no se busca una ampliación de capital porque las cantidades no son relevantes". No obstante, el core capital (el capital de máxima calidad para hacer frente a los riesgos asumidos) del Santander mejoraría desde el 7,3% actual al 7,45%, si todos los accionistas aceptan la oferta. Desde este supuesto, el beneficio por acción caería alrededor del 1% porque habría que emitir 150 millones de nuevas acciones.

El 40% del capital del Santander está en manos de pequeños inversores mientras que el 60% restante lo controlan accionistas institucionales (fondos de inversión, de pensiones, bancos y compañías de seguros). Habitualmente, los institucionales no se apuntan a medidas de este tipo.

Al ser preguntado sobre si el Santander da así "marcha atrás" en su anuncio de mantener la retribución en efectivo, Álvarez insistió en que el banco sigue con esta política y con la promesa de dedicar la mitad del beneficio al dividendo. "La novedad es que se ofrece al accionista más flexibilidad para adaptar su elección a su situación fiscal y de liquidez".

Con este nuevo esquema de retribución, los que sean accionistas al cierre de la Bolsa el próximo 15 de octubre recibirán un derecho de asignación gratuita por cada acción, que cotizarán en Bolsa hasta el 30 de octubre. La venta de derechos tampoco tiene carga fiscal. El 4 de noviembre, los accionistas recibirán a su elección el abono en efectivo o las nuevas acciones liberadas. Los accionistas que no digan lo que prefieren y tengan sus acciones depositadas en el Santander, recibirán acciones. Los que las tengan en otras entidades, dependerán de sus contratos de custodia.

La entidad presidida por Emilio Botín ha anunciado que repetirá el beneficio de 2008. Si también paga el mismo dividendo, el derecho valdría 0,12 euros. Con el supuesto de que el banco cotice a 7,2 euros (ayer cerró a 7,31), harían falta 60 derechos para una nueva acción. El banco liquidará los picos que no alcancen para comprar un título.

En el mercado se considera una jugada hábil porque tiene un gancho fiscal para los pequeños accionistas y es un argumento frente al Banco de España, ya que puede reforzar su capital. Además, envía un mensaje claro al mercado internacional, ya que algunas instituciones empezaban a cuestionar que el Santander no pagara su dividendo con títulos propios, como han hecho otros para evitar ampliar capital.

Por otro lado, el Santander emitió 1.500 millones en cédulas hipotecarias a cinco años. Ha pagado el Euríbor más 1,20 puntos. La decisión del BCE de comprar cédulas "ha influido en esta emisión, que tuvo una demanda de más de 3.000 millones".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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