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Convocatoria de huelga general para el día 21

Algo más que una movilización laboral

Los partidos independentistas se suman para "propiciar el cambio político" - UGT y CC OO critican que su exclusión sólo cabe interpretarse en clave soberanista

Pedro Gorospe

Los sindicatos nacionalistas no lo van a tener fácil para lograr el reto de paralizar Euskadi y Navarra el próximo jueves. La convocatoria de huelga general contra las políticas de los sucesivos gobiernos en materia laboral, fiscal y social ha sido secundada por ELA, LAB, STEE-EILAS, HIRU, por los partidos nacionalistas Aralar y EA, y por un cierto número de colectivos que comparten los mismos principios ideológicos más allá de un determinado modelo sindical. Pero, a pesar de que la mayoría de la clase trabajadora cree que existen razones objetivas para algún tipo de movilización, en la industria vasca no se está palpando un ambiente proclive a secundar de forma mayoritaria una huelga general.

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La exclusión de CC OO y UGT de la convocatoria, las expectativas que ha generado el cambio de Gobierno en Euskadi, y el hecho de que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero esté resistiendo la presión de la patronal y del PP para abaratar el despido y acometer una reforma del mercado laboral, están siendo un auténtico freno en las industrias. Pero es que además en muchos centros de trabajo se rechaza por considerar que se trata de una huelga que se escora más hacia la arquitectura de la construcción nacional que hacia la resolución de problemas laborales. Analistas de estas fuerzas sostienen que la huelga no va a lograr parar mayoritariamente la industria en Álava ni en Vizcaya. También creen que fracasará en el sector público.

Y eso que la convocatoria llega en pleno poceso de deterioro laboral, con 121.100 personas en el paro, de las que sólo 69.241 cobraban prestaciones de desempleo hasta marzo, según el INEM. Las empresas, que salen del mayor periodo continuado de crecimiento de los beneficios, se han despojado ya de los eventuales, y están planteando recortes de salario y derechos, en una escalada amparada en el desplome de todos los índices, desde el PIB, hasta el de producción industrial, y sobre todo, de las ventas, y por lo tanto de los resultados. Más de mil expedientes de regulación de empleo sólo en 2008 y lo que vamos de 2009 con cerca de 35.000 trabajadores afectados, dan idea de la magnitud de la recesión. De hecho algunos sindicalistas de UGT, sobre todo en Álava, han suscrito un comunicado en el que se muestran partidarios de una inicaitiva más contundente.

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Las direcciones de UGT y CC OO, argumentan, no obstante, que no haber intentado la unión sindical en una coyuntura como esta es un acto premeditadamente político. Entienden que la convocatoria de los nacionalistas es amplia en contenidos laborales, y excluyente en lo político para aglutinar a todos los soberanistas en un momento en el que por vez primera en 30 años gobernará el PSE-EE.

ELA y LAB admiten que cada nueva organización que se suma hace sus propias aportaciones, pero reiteran una y otra vez que las razones para convocar el paro general son laborales.

Aunque es cierto que sin la profunda crisis económica y las consecuencias que está teniendo en los trabajadores la huelga no hubiera tenido sentido; y que se hubiera celebrado también con el PNV en el poder, el nuevo Gobierno percibe en la convocatoria una buena dosis de hostilidad al cambio político registrado.

Mientras las nuevas autoridades laborales preparan el decreto de servicios mínimos, el Gobierno estudia las circunstancias de la convocatoria, como la proximidad a la investidura de Patxi López, y los apoyos que ha recibido, entre ellos el de Arnaldo Otegi. El dirigente de la izquierda abertzale hizo un llamamiento a participar en la huelga para "volver a demostrar" que existe una masa social suficiente que quiere el cambio político en términos nacionales y sociales".El hecho es que la fotografía de quienes apoyan la huelga general se parecerá mucho a la que se produjo en Irún en marzo de 2008 y también el pasado abril, tras la convocatoria del Foro soberanista de Debate Nacional en Irún para celebrar el Aberri Eguna, con el objetivo de unir a las asociaciones, fuerzas políticas y sindicales independentistas. ELA participó en 2008, aunque no suscribió el manifiesto en 2009.

EA también se ha sumado a la convocatoria, a pesar de que uno de sus referentes históricos, Joseba Azkarraga, ha sido la máxima autoridad en materia de politicas laborales al frente de la consejería de Justicia, Empleo y Seguridad Social. Azkarraga dio luz verde a más de mil EREs entre 2008 y 2009 aunque en torno al 90% llegaban al departamento pactados entre trabajadores y empresa.

Los más criticados por los sindicatos, que han llegado a solicitar que se regule la no aceptación de los EREs cuando llegan en descuerdo entre las partes, ascienden a unos cien, entre ellos el de la multinacional de pilas Cegasa, en Vitoria.

Un empleado de esta planta, de 56 años de edad, afiliado a ELA, y en regulación hasta final de año, dijo ayer no entender nada: "Espero no encontrarme con nadie de EA en ninguno de los actos de la huelga general".

El PNV, partido que se ha desmarcado de la movilización "porque el país no está para huelgas generales" cree que la decisión de EA de ponerse detrás de la pancarta es una "auténtica extravagancia" que "confirma el deterioro interno" de esa formación.

La última huelga general organizada en el País Vasco por motivos laborales tuvo lugar el 20 de junio de 2002 contra el decretazo del Gobierno de José María Aznar que recortaba las prestaciones por desempleo. ELA y LAB celebraron la huelga un día antes. En aquella ocasión, el entonces secretario general de ELA, José Elorrieta, calificó la huelga de "ensayo del proceso soberanista".

En mayo de 1992 se celebró en todo España una huelga contra la reforma laboral emprendida por el Gobierno del PSOE, que recortaba el desempleo. En Euskadi todos los sindicatos pararon unidos.

Carteles convocando a la huelga en el centro de Bilbao.
Carteles convocando a la huelga en el centro de Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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