Editores y libreros celebran la medida
Rechazado por los padres, que dentro de poco tendrán que comprar los libros de texto a sus hijos, el fin de la gratuidad universal del material didáctico que impulsó el Gobierno bipartito ha sido muy bien recibido en el gremio editorial. La Federación de Editores de Galicia llevaba tiempo considerando un modelo como el que propone la nueva Consellería de Educación. "Pero deberíamos aspirar a que las ayudas lleguen a mucha más gente para conseguir una distribución justa de la riqueza", concede su presidente, Alfonso García Sanmartín, quien destaca la importancia de que "el libro sea propiedad del alumno".
"Antes se quedaban en los centros y no se podían subrayar. Ahora los estudiantes podrán utilizarlos plenamente y consultarlos en casa cuando se termine el curso", le da la razón el director general de centros, José Manuel Pinal.
La Consellería de Educación también destaca que este nuevo mecanismo "devolverá la estabilidad" al sector del libro, "afectado profundamente" por el sistema de préstamo del bipartito, que provocaba que "los ingresos del gremio variasen cada año" en función de los cursos cuyos manuales había que renovar. El director de Edicións Xerais, Manuel Bragado, comparte en su blog la opinión de la consellería y define el modelo de la Xunta como "una rectificación muy oportuna que va en la dirección correcta, sobre todo por su carácter socialmente más redistributivo".
El presidente de la Federación de Libreiros de Galicia, Xurxo Patiño, también considera adecuada la decisión de la consellería, pero califica de "injusto" el baremo para repartir las ayudas. "Cualquier sistema encaminado a beneficiar a las rentas bajas me parece aceptable, pero creo que la Administración debería pagar a un mayor porcentaje de la sociedad", explica. Aun así, la federación aplaude la medida porque "siempre la reivindicó" y lamenta que la Xunta no tomara la decisión "de manera consensuada y a tiempo", antes de que se terminara el curso.
