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Los escándalos que afectan al PP

El rastro de los perseguidores

El análisis de los partes y de 4.000 llamadas de móvil traza la ruta de los espías

Son tres ex guardias civiles y un ex policía nacional. Los cuatro fichados como asesores por la Consejería de Interior del Gobierno de Esperanza Aguirre, aunque no está claro a quién rinden cuentas: si al consejero, Francisco Granados, o a un hombre de confianza de Aguirre, Sergio Gamón. Se llaman José Luis Caro, José Oreja, Antonio Coronado y José María Rodríguez. Y durante 12 días del mes de mayo de 2008 -los únicos 12 días en los que ha quedado constancia de sus movimientos a través del registro telefónico, aunque el supuesto espionaje duró dos meses- siguen como lapas al ex consejero madrileño Alfredo Prada, dirigente del PP crítico con Esperanza Aguirre.

Mientras siguen a Prada, hablan todo el tiempo por móvil entre ellos y con otros dos ex policías, también reconvertidos en asesores: Roberto Casielles y Belén Espartero, a los que parecen comunicar las incidencias de cada momento -porque las llamadas coinciden con esos momentos, reflejados después en los partes-. Sufren cuando Prada se les pierde en la carretera, pasan horas esperándolo cerca del despacho o de su casa, dan vueltas a la manzana mientras él trabaja...

Los agentes hablan continuamente entre ellos mientras siguen a Prada
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EL PAÍS ha reconstruido los movimientos de los supuestos espías cotejando el contenido de esos 12 partes de espionaje y el registro de más de 4.000 llamadas que la juez reclamó a Telefónica. El repetidor de móvil junto al que se encuentran los agentes en cada momento revela dónde están -siempre allí donde está Prada- y con quién hablan -principalmente entre ellos, con llamadas cortas-. A veces acuden en grupo a todos los puntos de seguimiento, otras veces se reparten la ruta. La jornada laboral suele comenzar a la hora en la que Prada tiene que salir a comer. Eran los días previos al congreso del PP, días de muchos almuerzos y posibles alianzas.

Los tres ex guardias civiles ya fueron señalados por la policía en un informe como "los autores de los seguimientos" y de los partes. Ese informe no citaba al cuarto agente, el ex policía José María Rodríguez, pero este periódico ha comprobado que también está presente en los seguimientos de las últimas jornadas de mayo. Los otros dos ex policías no participan físicamente en el operativo de esos 12 días -no están en esos lugares a esas horas, según desvelan sus móviles-, pero se mantienen en contacto telefónico. A su presunto jefe, el entonces director de Seguridad Sergio Gamón, lo llaman al móvil en una ocasión crítica: el día en que pierden la pista de Prada en Brea de Tajo.

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Quien no aparece en los seguimientos -no sigue a Prada, y tampoco nadie le telefonea- es José Manuel Pinto, funcionario de la Consejería de Interior a quien un informe grafológico encargado por este periódico a dos peritos atribuía las anotaciones manuscritas de algunos partes. Los supuestos espías sí llaman en alguna ocasión -como en la caótica jornada de Brea de Tajo- al compañero de Pinto, José Palomo.

Así que, a la luz de los partes y los registros telefónicos, el equipo de seguimiento parece formado por tres ex guardias civiles -fichados por Granados-, un policía nacional -fichado por Gamón- y, de forma colateral, otros dos ex policías, también del entorno de Gamón.

La juez ha imputado, hasta la fecha, a los tres ex guardias civiles, y ha anunciado que en septiembre imputará a Gamón. De los demás -los tres ex policías, Palomo y Pinto- ha pedido los registros telefónicos para cruzarlos con los partes.

Telefónica aporta sólo la lista de llamadas de lo sucedido a partir del 6 de mayo de 2008, porque la petición judicial se produjo el 6 de mayo de 2009 y esos datos se guardan un año. Por eso es imposible reconstruir los seguimientos de abril de 2008, cuando supuestamente también fue espiado el vicealcalde Manuel Cobo.

Entre el 6 y el 31 de mayo hay 16 días hábiles. Y 12 partes de seguimiento que reflejan paso por paso los movimientos de Prada. Con detalles como éste: el 14 de mayo, apostados cerca de su domicilio, los supuestos espías ven salir a Prada y a su esposa y cómo los escoltas cargan en el coche "dos grandes maletas". Después los pierden. Era miércoles, y al día siguiente se iniciaba en Madrid un largo puente por la fiesta de San Isidro. Probablemente el ex consejero se fue de vacaciones y hasta el lunes 19 no vuelve a haber partes de seguimiento.

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