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La amenaza terrorista

Los talibanes descartan negociar y exigen la retirada de los extranjeros

Merkel califica de error fijar una fecha de salida de las tropas de Afganistán

La conferencia sobre Afganistán de hoy en Londres supone un cambio crucial en la estrategia de la comunidad internacional, que del combate a muerte contra el integrismo talibán y sus socios de Al Qaeda ha pasado a la negociación y reintegración del grueso de las bases islamistas. La muerte y la prisión, en palabras del general Stanley McChrystal, quedan reservadas para los extranjeros asociados a Al Qaeda. Los gestos diplomáticos ya han empezado, con la salida de la lista negra de la ONU de cinco antiguos jefes talibanes. Las reacciones positivas de los afectados, que piden más medidas de clemencia, contrastan con el desdén del Consejo de Mando de los talibanes, que descartó ayer involucrarse en una negociación reclamando como única solución posible la salida de las tropas extranjeras y calificando la conferencia una pérdida de tiempo como lo fueron las anteriores.

Karzai expone hoy a delegaciones de 60 países su plan para lograr la paz
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¿Reconciliación o reintegración?

La conferencia de Londres es la cuarta o la quinta gran asamblea internacional sobre Afganistán sin que se hayan visto cambios sustanciales en la situación sobre el terreno, lo que parece dar la razón al último comunicado de los insurgentes. "Ha habido conferencias parecidas en el pasado y ninguna ha resuelto los problemas de Afganistán", indicaba ayer el Consejo de Mando de los talibanes. "Ocurrirá lo mismo con la de Londres". Para estos nacionalistas imbuidos de islamismo, Londres sólo pretende enmascarar la presencia de fuerzas de ocupación. "Será una pérdida de tiempo", porque "la única solución pasa por la salida inmediata de todas las tropas de ocupación", dicen.

Sin embargo, la situación en el frente internacional ha cambiado de forma sustancial con respecto a años anteriores, en buena parte por el estancamiento de la situación y el desapego de la opinión pública internacional ante un conflicto que no termina de ver como una amenaza inmediata. Ya se habla de repliegue de soldados.

Sobre la idea de cómo ganar la paz va a versar la esperada intervención de hoy del presidente afgano, Hamid Karzai, que expondrá ante más de 60 delegaciones de todo el mundo su plan para integrar a los talibanes (trabajo, tierras y dinero) a cambio de que renuncien a la violencia. Es una salida que Karzai ha explorado discretamente, sin resultados y a contracorriente en el pasado y que ahora cuenta con el aval de la comunidad internacional.

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Angela Merkel, muy activa en las últimas horas con respecto a Afganistán, mantiene que de lo que ocurra en Londres depende el éxito o el fracaso de la comunidad internacional en Afganistán. Ella se ha comprometido financiera y militarmente en la creación de un Afganistán viable y ayer puso el dedo en la llaga al decir que es un error fijar una fecha de salida de las tropas porque "ello permitiría a los talibanes esconderse hasta entonces y pasar luego al ataque".

Prueba de lo nebuloso de la situación y de cómo la comunidad internacional sigue tanteando modos de resolver el problema afgano es que el día anterior su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, insistió en que Alemania habrá retirado sus soldados (5.000 a partir de esta primavera) en 2014, con un comienzo de repliegue en 2011, al mismo tiempo que el anunciado por Barack Obama para sus tropas.

El presidente afgano, Hamid Karzai, y la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín.
El presidente afgano, Hamid Karzai, y la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín.REUTERS

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