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España ayuda a Francia a aclarar la desaparición del etarra Jon Anza

Pedraz pide un informe sobre cadáveres no identificados

Se ha convertido en el último mártir de la izquierda abertzale. Una foto más que sumar a la de las supuestas víctimas de guerra sucia según la versión de ETA; un posible etarra depurado por la organización según Interior, aunque, en realidad, no hay pruebas ni de lo uno ni de lo otro. El presunto miembro de ETA Jon Anza (47 años) desapareció sin dejar rastro el 18 de abril tras subirse a un tren en la estación de Bayona (Francia) y no se supo nada más de él. La fiscalía de esa ciudad francesa ha pedido ayuda a la Audiencia Nacional para que colabore en la investigación de su paradero. Y el juez Fernando Andreu acaba de abrir diligencias.

La fiscalía de Bayona inició en mayo a petición de la familia una "investigación de las causas de una desaparición inquietante", en la jerga jurídica francesa. Pero, según la documentación enviada a la Audiencia, esas pesquisas no han dado resultado en siete meses. La policía francesa ha recorrido todo el trayecto del tren en dirección a Toulouse que supuestamente cogió. Los agentes han sobrevolado las vías con un helicóptero en busca de pistas, han entrevistado a testigos y han recabado las cintas de las cámaras de las estaciones de esa línea sin dar con una pista.

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Por eso, la fiscalía francesa ha decidido dirigirse a la Justicia española solicitando datos sobre su vida en España que puedan abrir nuevas líneas de investigación. El juez Andreu ya ha solicitado a la policía que informe sobre cadáveres no identificados y haga un perfil psicológico de Anza en relación con su entorno familiar, además de otras diligencias. Tras ser detenido en 1982, el etarra pasó 20 años en prisión por participar en el asesinato de un policía. Salió en 2002 y en 2004 se fue a Francia.

El 15 de mayo, su familia aseguró que estaba gravemente enfermo. Y que, debido a ello y a unos problemas personales, viajó a Toulouse para pasar una temporada con unos amigos. Pero a los cinco días, ETA culpó a Madrid y París de su desaparición, afirmó que era miembro de la banda y que tenía una cita en Toulouse con dirigentes a los que llevaba una importante suma de dinero.

Que ETA haya revelado que Anza era de los suyos y que admitiera que llevaba dinero lleva a Interior a sospechar que, en realidad, era la banda la que lo buscaba por haberse quedado con él. El hecho también sorprendió a la justicia francesa. Nada más conocerse, la fiscalía de París abrió otra investigación, pero por asociación ilícita y financiación del terrorismo, informa Le Monde.

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Jon Anza.
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