_
_
_
_
_
Reportaje:

Caminos cruzados

Valverde, tercero en una 'Lieja' en la que Contador ayudó a Vinokúrov

Carlos Arribas

Terminó la Lieja-Bastogne-Lieja. Terminó la primavera de las clásicas. Terminó la rueda de prensa y el ganador, el rehabilitado Alexander Vinokúrov, dejó, dicen los que allí estaban, escapar un suspiro de alivio que sonó más fuerte que su grito de alegría al cruzar en solitario la meta en lo alto de Ans por segunda vez en su vida.

Del doloroso trance -la primera comparecencia ante la escéptica prensa internacional después de su regreso en agosto pasado a la competición tras cumplir dos años de sanción por una transfusión de sangre en el Tour 2007- salió Vinokúrov, de 36 años, con varios posibles titulares, todos un canto a las segundas oportunidades, a la vida limpia, al deseo de revancha como fuerza íntima que complementa el trabajo y el talento: "Quiero demostrar que se puede ganar sin dopaje", "Esto ha sido una hermosa revancha", "No, aunque sigo yendo a entrenarme al Teide no sigo con el doctor Ferrari", "Condeno el dopaje, por supuesto", "He cumplido un sueño en Lieja, ahora, en el Tour, lo daré todo por Alberto, después, seguramente me retire"...

"Quiero demostrar que se puede ganar sin dopaje", dijo el kazajo, cumplida su sanción
Contador no volverá a competir hasta junio: llegará al Tour fresco como una lechuga
Más información
Vinokúrov surge del infierno vestido de rosa
Contador gana la etapa y lidera la Dauphiné

Ajenos a sus sudores fríos, a su regreso al pasado, Alberto Contador, compañero de Vinokúrov en el Astana y ayer gregario de lujo -una contra del chico de Pinto en la Roche aux Faucons para frenar a Andy Schleck y a Gilbert reventó al grupo: fue el caldo de cultivo para el posterior ataque de Vinokúrov y Kolobnev que sembró la zozobra definitiva entre los demás-, y Alejandro Valverde -en el día de su 30º cumpleaños, ayer, y tras superar una caída en la que se magulló todo el costado derecho, una vez más fue de los mejores: terminó tercero tras sufrir la inacción de Evans y Gilbert, sus compañeros de trío, en persecución de Vino y Kolobnev-, dos campeones que vieron sus rutas cruzarse en las colinas de las Ardenas, pensaban ya en el día siguiente. En las vacaciones y en la condena a seguir trabajando, respectivamente.

"Ahora, a descansar", dijo Contador, cansado y "contento" de su primer serio asalto a las clásicas -tercero el miércoles en la Flecha, décimo ayer en Ans pese al sacrificio- y sabiendo que no volverá a ponerse un dorsal hasta dentro de 41 días, hasta el 6 de junio en que comience la Dauphiné Libéré. "Me iré de vacaciones", dijo Contador, "pero también aprovecharé para recorrer las etapas más importantes del Tour. Hablaba de los Pirineos, de los Alpes y, también, del pavés, de los tramos de la París-Roubaix que entrarán en el Tour y que descubrirá mañana con el mismo modelo de bicicleta con el que Cancellara los convierte en autopista. "Pero con otras piernas", dice Contador, que considera "acertadísimo" un cambio de calendario que le depositará en el Tour con apenas 31 días de competición, para alcanzar la tercera semana, la decisiva, como el año pasado, fresco como una lechuga.

De ellos, ya ha cumplido 22 desde febrero. En ellos ha ganado tres vueltas, dos etapas, un podio y un top ten en una gran clásica.

Los 31 días con los que llegará el chico de Pinto al Tour los ha sudado ya Valverde, que no sabe si correrá la grande boucle y que corre, disputa y gana todo lo que puede en una suerte de estajanovismo acelerado, ciclista en el corredor de la muerte, a la espera de que la Unión Ciclista Internacional (UCI), avalada por un laudo del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), extienda a todo el orbe la sanción de dos años que le impuso el CONI para correr en Italia por sus tratos con Eufemiano Fuentes, el mago de la Operación Puerto, en sus tiempos del Kelme, hace ya seis años.

Mientras la misma intolerancia que crucificó a Vinokúrov tras su victoria considera un escarnio que el murciano siga corriendo, y encima a gran nivel, los aficionados con corazón y, evidentemente, los dirigentes de su equipo, que consideran su caso la "mayor injusticia" que conocen, se admiran de la gran capacidad mental de Valverde para seguir corriendo como si nada. "Pese a la injusticia, ahí está, peleando en todas las carreras para ganar", dice su director, Eusebio Unzue. "Ahora se ha ido en coche a Suiza, para correr de martes a domingo la Vuelta a Romandía. Y así mientras pueda". En los 31 días de competición de un curso iniciado en enero en Australia, Valverde ha ganado tres carreras, ha quedado segundo en nueve y tercero en cinco: más de la mitad del año en el podio.

Valverde, Contador y Vinokúrov, ayer, subiendo La Redoute.
Valverde, Contador y Vinokúrov, ayer, subiendo La Redoute.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_