Los socialdemócratas lanzan una ofensiva política contra Merkel
Los 500 delegados recompensaron con grandes aplausos las dos horas de discurso de Sigmar Gabriel, que lleva un año al frente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Con su belicoso discurso de ayer en el Congreso Extraordinario del partido celebrado en Berlín, Gabriel quiso refrendar la recuperación del SPD y su disposición a gobernar junto a Los Verdes tras las elecciones de 2013. Las encuestas actuales respaldan estas aspiraciones, justo un año después de que los votantes los expulsaran del Gobierno y los castigaran con su peor resultado desde la fundación de la República Federal. Para Gabriel, su recuperación pasa por acentuar el perfil social del partido en una "nueva alianza social entre trabajadores, ciudadanos concienciados, autónomos e intelectuales críticos".
Arremetió el líder socialdemócrata contra el Gobierno de coalición entre democristianos y liberales que preside Angela Merkel. La canciller "está abandonando el centro" político, demostrando que "no está socialdemocratizada como piensan algunos, ni es tampoco germanoriental, ni feminista, ni liberal: es occidental, patriarcal y de derechas".
Tras el mísero 23% de los sufragios cosechado en las generales del año pasado, ayer flotaba un aire de desconfianza hacia el reciente empuje del partido, que pisa los talones de la CDU con el 30% de intención de voto en la mayoría de las encuestas. Demasiado dura fue la caída para ignorar problemas actuales. Por ejemplo, el fuego amigo de Los Verdes, que amenazan con superar al SPD en los importantes comicios regionales de Baden-Württemberg y Berlín.
Se puso mucho más serio Gabriel al explicar otro quebradero de cabeza socialdemócrata: la expulsión del militante del SPD y ejecutivo del Bundesbank Thilo Sarrazin, cuyas polémicas tesis sobre las consecuencias de la inmigración musulmana tachó de "renacimiento de la eugenesia".
