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Primera huelga general contra Zapatero

El Gobierno intentará acercarse a los sindicatos para contentar a sus bases

Inquietud en sectores del PSOE por el alejamiento del bloque de la izquierda - Rajoy elude la huelga y Duran pide a Zapatero que no dé marcha atrás

"Tras la huelga, la reflexión y la calma, para dentro de unos días sentar las bases para el acercamiento". Este deseo surgido del entorno del presidente del Gobierno es compartido por el Grupo Socialista y amplios sectores del PSOE que muestran una enorme preocupación por su distanciamiento con el "bloque social" que tradicionalmente les apoya. Este era el sentir que ayer expresaban diputados y senadores socialistas que comprobaron con alivio cómo el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en la sesión de control de la Cámara baja, abogó por el diálogo con los sindicatos, con frases muy medidas para no aumentar la distancia. Ahora bien, el núcleo central de la reforma laboral no se cambiará. Las pensiones y la regulación de la negociación colectiva son los dos campos en los que el Gobierno tratará de acercarse a los sindicatos. Pero no será fácil porque la brecha es real, según aseguran tanto sindicatos como Gobierno y el Grupo Parlamentario Socialista. "No es tacticismo", insisten sino que el alejamiento es muy real, señalan en la dirección socialista. En efecto, la propia actitud gubernamental con tantas apelaciones "al respeto" a los sindicatos, que tanto les ha irritado, ha hecho pensar que la reconciliación está ya escrita.

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Sea así o no, los socialistas tienen desde luego mucho interés en recomponer las relaciones. En el grupo parlamentario la lealtad al Gobierno sigue siendo absoluta aunque un amplio colectivo de parlamentarios tiene dudas sobre el fondo de esta reforma laboral. Otros, sin embargo, se aferran a que no había margen para otra reforma y, por último, solo cuatro diputados han dicho claramente que apoyan a los sindicatos. Se trata de los mismos que ayer asistieron a la manifestación de los sindicatos: Manuel de la Rocha, vinculados a UGT; Juan Antonio Barrio de Penagos y José Antonio Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, y Antonio Gutiérrez, ex secretario general de CC OO. Gutiérrez, que no es militante del PSOE, no votó la reforma y ayer hizo huelga. No acudió al Congreso al igual que los parlamentarios de ERC, IU, ICV y BNG.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se puso ayer de perfil, como si no fuera con él y eludió el asunto en su pregunta a Zapatero. Solo hizo una mínima referencia al "problema que ha generado usted con su reforma laboral, ya que hace una reforma laboral, le hacen una huelga general y encima anuncia que va a haber más paro el año que viene". Pero eludió hacer su valoración de la protesta. Su papel lo asumió el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que aprovechó su pregunta para rechazar la huelga y advertir a Zapatero: "No juguemos con las pensiones para reconciliarnos con los sindicatos desde el Gobierno".

Zapatero dejó claro su rechazo a la huelga con esta frase: "Yo vengo a trabajar". Horas después intentó conferir la máxima normalidad a la jornada y mantuvo la reunión de trabajo de todos los martes con el Rey en La Zarzuela.

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El portavoz de CiU, Duran Lleida, pasa delante de Zapatero, De la Vega, Salgado y Chaves en el pleno del Congreso.
El portavoz de CiU, Duran Lleida, pasa delante de Zapatero, De la Vega, Salgado y Chaves en el pleno del Congreso.ULY MARTÍN

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