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"O abandonan o se marchan"

La caída de la inversión en ciencia en los últimos años y la reducción de empleo público afectan al sistema de I+D en un punto muy delicado: los recursos humanos. El CSIC pudo convocar en 2007 hasta 250 plazas, en 2008 fueron 202, que se redujeron a 50 en 2009 y a 26 este año. "La situación es muy complicada y la gente se va del sistema de ciencia; además, se da un mensaje negativo a los jóvenes, que no ven motivación para meterse en esta carrera", señala Pere Puigdoménech.

La gran mayoría de los científicos españoles con puesto estable dependen de las plazas que convocan los organismos públicos de investigación y las Universidades, cuya oferta está ahora contraída. Los contratos Ramón y Cajal son por cinco años.

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"El problema es que no se convoquen plazas para los investigadores que llegan al final de sus contratos Ramón y Cajal", señala Carlos Duarte. "Cada año llegan más investigadores al final de ese ciclo sin opciones de poder competir por una plaza y si no hay, o abandonan la ciencia o se marchan fuera, así de fácil".

Ante este problema, la ministra Garmendia señala que la futura Ley de la Ciencia, aún en el Parlamento, flexibilizará la contratación. De momento, Ciencia e Innovación intenta que también en 2011 sea prioritaria la I+D para mantener una tasa de reposición de científicos en el empleo público de 3 a 10, privilegiada respecto a otros sectores.

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