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Análisis:PATÉ DE CAMPAÑA | ELECCIONES CATALANAS | Faltan 7 días
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Palau, profanado

Esquerra Republicana profanó ayer el Palau de la Música. Colocó en su escenario un grupo supuestamente musical cuyo sonido fue reproducido a tal volumen que lo que tal vez era música se convirtió en ruido. ¡Atronador! Tanto que los invitados de honor (los elegibles) no entraron en la sala hasta que acabó el estruendo. Los planificadores quisieron reproducir el sentimiento de euforia sin causa y no encontraron mejor sistema que disparar los decibelios. Por suerte para ellos, no había ningún inspector de sanidad: los habrían multado por folloneros.

Luego llegaron los discursos y los silencios. Por ejemplo: al repasar la historia del partido se evocó a Macià y Companys, Irla y Tarradellas. Luego, la nada hasta Carod y Puigcercós. Como si el partido no hubiera tenido también tipos como Heribert Barrera y Hortalà (que, de mil amores, pactaron con CiU contra la izquierda) y más tarde Àngel Colom y Pilar Rahola (hoy publicista oficiosa de Artur Mas).

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Puigcercós evita hablar de CiU y Millet en un acto en el Palau

Joan Ridao estuvo vibrante evocando a Pujol y los hechos del Palau, donde este ganó la épica y sus sucesores, y dijo, "han perdido la ética". Fue una de las pocas alusiones al expolio de Millet. La otra fue cuando alguien dijo que los de Esquerra saldrían del edificio sin arramblar con nada.

Oriol Amorós (junto a la joven Gemma Lago, el único que levantó el puño durante el canto del himno nacional) esbozó alguna crítica a los largos años de gobierno municipal en Barcelona. Luego debió de ver que allí estaba (siempre con los que ganan) el ex colomista Jordi Portabella, y cambió un poco su discurso.

Cerró el acto Joan Puigcercós asegurando que el mundo "espera a Cataluña", aunque no dijo dónde la está esperando. Por cierto, el aplauso más largo se lo llevó Carod. El notado ausente.

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