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Evo Morales no logra aplacar la protesta social

Las bases del presidente boliviano se movilizan contra el alza del combustible

Las protestas callejeras contra el decreto de alza del precio de los carburantes continuaron ayer en Bolivia, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por neutralizarlas con el anuncio de una sustancial subida salarial para el próximo año. Es más, las movilizaciones se dieron principalmente en Cochabamba, El Alto y La Paz, que se consideran bastiones de apoyo a Evo Morales y a su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS).

En un discurso a la nación, en la noche del miércoles, Morales anunció el aumento de un 20% del salario mínimo para compensar el impacto de la subida (de entre un 57% y un 82%) de la gasolina y el diésel, que ha desatado una espiral en los precios de los productos básicos. Morales defendió la necesidad de suprimir los subsidios al combustible para sanear la economía y combatir el contrabando.

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Los argumentos del presidente no convencieron a los ciudadanos, que ayer siguieron en pie de guerra contra el gasolinazo. En Cochabamba, una manifestación organizada para apoyar al Gobierno acabó volviéndose en contra, después de que los enojados vecinos rechazaran a su dirigente, Joel Flores, y se enfrentaran a los antidisturbios.

Los productores de hoja de coca de Ivirgarzama, en Chapare, cerraron un tramo de la carretera Cochabamba-Santa Cruz desde la madrugada del jueves. El transporte mantuvo la huelga y retiró del servicio público gran parte de los vehículos.

En La Paz y en El Alto, ciudad dormitorio a 14 kilómetros de la capital, los vecinos celebraron nutridas manifestaciones para exigir la derogación del alza de los carburantes o, por lo menos, su sustitución por incrementos paulatinos. Los líderes aimaras de Achacachi anunciaron que marcharán a La Paz para pedir que si Morales "nivela los carburantes" a precios vigentes en los países vecinos, "nos nivele también el salario mínimo", dijo el dirigente Jesús Villca.

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El Gobierno, entretanto, intenta explicar los contenidos del mensaje presidencial del miércoles, que, de tan esperado, ha frustrado incluso a una parte de sus seguidores. El monto de la subvención a los carburantes, que en 2010 supuso 380 millones de dólares (287 millones de euros), se destinará a inversiones en el sector petrolero, a programas de estímulo a la producción agrícola, a la dotación de agua de riego en municipios rurales y al aumento de un 20% del salario mínimo nacional. El transporte tendrá facilidades para cambiar la matriz energética a gas natural vehicular, cuyos precios se mantienen.

Los analistas creen que Morales dará un giro a su política económica tras admitir el fracaso en las inversiones, especialmente petroleras. "Si queremos inversiones en petróleo, es obligado que los inversores tengan utilidades", dijo el presidente en su mensaje. La estatal del petróleo, YPFB, no logró alcanzar los objetivos de la nacionalización decretada en 2006, pese a que tenía un colchón financiero inicial de 1.000 millones de dólares. Bolivia importa ahora un equivalente a 600 millones de dólares en carburantes ante el descenso de los niveles de producción local.

Protesta contra el aumento del precio de los carburantes, ayer en Cochabamba.
Protesta contra el aumento del precio de los carburantes, ayer en Cochabamba.EFE

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