Los mediadores se centran en lograr la legalización de Sortu
Descartan "de momento" supervisar la tregua de la banda
El grupo de cinco negociadores internacionales previsto inicialmente para favorecer un diálogo multipartito en Euskadi y contribuir a la pacificación limitó ayer sus cometidos y, con ellos, las expectativas que había generado.
Durante su presentación en Bilbao, los expertos en resolución de conflictos designados por el promotor de la Declaración de Bruselas, Brian Currin, rechazaron su papel como supervisores de la tregua etarra. Aseguraron no haber mantenido ningún encuentro con ETA y que, "de momento", tampoco tienen ninguna petición para la banda. Se limitaron a ratificar que la ausencia de violencia es clave en el proceso.
La embajadora irlandesa para la resolución de conflictos Nuala O'Loan aclaró que la labor del denominado Grupo Internacional de Contacto se centrará en promover la legalización de Sortu, la revisión de la ley antiterrorista y la adaptación de la política penitenciaria para facilitar el acercamiento de presos a Euskadi e incluso la liberación de los más enfermos. Objetivos que perfiló como herramientas para "conseguir un acuerdo de paz inclusivo".
El Gobierno vasco cree que el grupo "no aporta valor añadido"
La declaración de principios confirmó la consideración previa de los Gobiernos central y vasco, que desde un inicio restaron credibilidad a los mediadores al situarlos al servicio de la izquierda abertzale. "No aportan valor añadido", insistió ayer la portavoz del Ejecutivo autónomo, Idoia Mendia. A la crítica se sumaron PP y UPyD. En una línea similar, PNV y Hamaikabat recalcaron que el peso del proceso corresponde a la sociedad vasca y sus instituciones.