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Del Valle dice que no vio a Mari Luz el día del crimen

La esposa del pederasta señala a su cuñada como autora

Santiago del Valle, principal acusado por el asesinato de la niña Mari Luz Cortés, aseguró ayer que no tiene "ni idea" de qué pudo pasar con ella. Del Valle declaró durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Huelva, y sostuvo que el 13 de enero de 2008, el día que desapareció la pequeña, ni siquiera vio a la menor, de cinco años.

"A las cuatro y media de aquella tarde, yo y mi mujer salimos a dar una vuelta. Al regresar, me encontré con que estaban buscando a una niña que se había perdido". Con chándal gris, esposado y tranquilo, avisó de que solo contestaría a las preguntas de su abogado. "Yo no he hecho nada", fue su frase más repetida. "No sé qué pudo pasarle a la criatura. A las seis y media del día siguiente me fui de Huelva por miedo a la familia de la niña", añadió el principal imputado por la muerte de la pequeña, un caso que puso al descubierto las deficiencias del sistema judicial y que estuvo en el origen de la primera huelga de jueces en España.

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Ante las contradicciones respecto a la declaración realizada por Del Valle en marzo de 2008, en la que aseguró que vio a la niña, la llamó, Mari Luz se cayó "por accidente" y él la trasladó en un carro y la arrojó a una alcantarilla ("no sé si viva o muerta"), el fiscal pidió aclaraciones al acusado. "Entonces estaba yo coaccionado. Me dijeron que era culpable y que tenía que dar una versión creíble. Tenía un cacao total". Del Valle acusó a la policía de presionarle: "Me tenían para arriba, para abajo, para arriba, para abajo... Hubiera firmado cualquier cosa".

Su hermana Rosa, acusada también por el asesinato de Mari Luz y sentada ayer junto a él, se acogió a su derecho a no declarar y solo ratificó su anterior testimonio, en el que reconocía haber llevado a Del Valle en coche aquel día con un carrito de la compra en el maletero, hacia las afueras de Huelva. Al volver al barrio, según su versión de marzo de 2008, vio que la familia de la niña había entrado en su casa y se marchó de Huelva "por miedo".

La sorpresa de la jornada llegó por la tarde, cuando la esposa de Del Valle, Isabel García, libre de cargos desde 2009, aseguró que el crimen lo cometió Rosa y que ella misma se lo había confesado. Según su versión, la tarde de la desaparición, Santiago no se separó de ella. Su declaración, que finalizó entre gritos y llantos sobre las ocho de la tarde, estuvo repleta de incongruencias. Antes de retirarse, Isabel tiró un beso a Santiago mientras Rosa negaba con la cabeza.

El acusado Santiago del Valle, durante el juicio, en una imagen tomada de un monitor.
El acusado Santiago del Valle, durante el juicio, en una imagen tomada de un monitor.IVÁN BOZA

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