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Reportaje:FÓRMULA 1 | Gran Premio de Australia

La despiadada Kylie

El nuevo RB7 de Red Bull toma el relevo de su predecesor como el coche más rápido de la parrilla

Oriol Puigdemont

Como la mayoría de los pilotos, Sebastian Vettel tiene varias manías. Una de ellas es la de frotarse una moneda de la suerte por los botines antes de tomar la salida de cualquier gran premio, y otra, puede que la más popular de todas, la de bautizar los chasis de los monoplazas que conduce. Así, al RB5 de 2009, su primer Red Bull, le puso Kate Dirty's Sister (la hermana guarra de Kate), mientras Luscious Liz (seductora Liz) y Randy Mandy (Mandy la caliente) fueron los RB6 que el curso pasado le llevaron a la gloria. Acaba de comenzar un nuevo Mundial y Vettel ya tiene nombre para el nuevo RB7: Kinky Kylie (Kylie, la pervertida), un apodo que responde a la admiración que el alemán profesa por la cantante australiana Kylie Minogue, de la que, sobre todo, destaca sus curvas.

El circuito está lleno de trampas y precisa de un bólido con mucha carga aerodinámica
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Llegados a la primera carrera, la infinidad de interrogantes que la pretemporada dejó abiertos los comenzó a resolver ayer la sesión de clasificación, en la que Vettel logró la primera pole del curso, reventó el cronómetro y dejó el McLaren de Lewis Hamilton, el segundo, y a su compañero Mark Webber, el tercero, ocho décimas más atrás en la sesión de clasificación.

En F-1 eso es un mundo y medio. El rendimiento del RB7 parece reafirmar la tesis de aquellos que afirman que en esta disciplina, el papel de los ingenieros es más decisivo que el de los propios pilotos. La suerte, en este caso, va de la mano de Red Bull, una estructura articulada alrededor de Adrian Newey, un mago de la aerodinámica que provoca el tembleque de los demás equipos.

El circuito de Albert Park, en Melbourne, está lleno de trampas, con un par de muros amenazantes y una zona rápida de curvas enlazadas, ya al final, que precisa de un bólido con mucha carga aerodinámica. En ese tramo es donde se marcan las mayores diferencias y donde Kinky Kylie se maneja mejor que ningún otro prototipo. En la vuelta que ayer le valió el primer puesto en la parrilla, Vettel aventajó en una décima a Hamilton y en dos a Webber en el primer sector, en otra más al británico en el segundo y en cuatro al australiano, en el tercero. Y eso que no pudo emplear el KERS [el sistema de recuperación de energía cinética de las frenadas]. Mientras Fernando Alonso se veía obligado a meter el Ferrari en las curvas a hachazos -solo pudo ser quinto-, el alemán se limitaba a deslizarse por la pista casi sin esfuerzo, como si flotara.

"El Red Bull va muy bien. En el último sector va muy rápido, bastante más que nosotros. En la zona de las curvas enlazadas, ellos la han podido hacer en sexta y yo he tenido que trazarla en quinta", argumentó Alonso tras la cronometrada. "La gente de la fábrica ha trabajado mucho para conseguir que este coche sea tan competitivo como ha demostrado ser hoy. Sabemos que por distintas razones no somos los más rápidos en las rectas, pero en las curvas rápidas no nos va nada mal", argumentó Vettel a la hora de explicar la ventaja que obtuvo respecto a sus rivales, que no pudieron hacer otra cosa que alabar las virtudes del RB7.

Por lo que se ha visto hasta ahora, más que pervertida Kylie es despiadada.

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