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Las dudas sobre Grecia acercan a España a los países más castigados

Zapatero sostiene que el rescate habría sido "muy probable" sin los recortes aprobados hace un año - La prima de riesgo escala a los máximos desde enero

Luis Doncel

Si Grecia quiere cumplir con sus objetivos de déficit tendrá que acometer aún más recortes. Si Irlanda quiere superar la crisis de deuda que atraviesa necesita encarecidamente recibir más dinero del rescate europeo. No se trata del diagnóstico de un experto que juegue al catastrofismo, sino de análisis publicados por el muy oficial y muy ortodoxo Fondo Monetario Internacional. El goteo de malas noticias de los últimos días se añade a las dudas -que ya prácticamente se han convertido en una certeza- sobre la capacidad de Grecia de esquivar una reestructuración de su deuda. Y, como ya es una costumbre en esta interminable crisis que acosa a los países de la periferia europea, lo que comienza en una punta del continente acaba perjudicando a la otra. Más concretamente, a España.

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La prima de riesgo de la deuda española se disparó ayer hasta superar los 242 puntos básicos. Esto quiere decir que los inversores exigen a los títulos de deuda española a 10 años una rentabilidad 2,42 puntos porcentuales superior a la de Alemania, considerado el deudor más fiable. Una vez más, después de que el Gobierno y un sinfín de expertos hayan dado por superados los ataques de los mercados, España vuelve a sufrir y su prima de riesgo se coloca al nivel más alto desde el pasado mes de enero, cuando el programa de salvamento de Portugal se palpaba con los dedos.

Para explicar el enésimo incendio de los mercados varios analistas han apuntado a las elecciones del domingo, ya que los cambios de Gobierno podrán sacar a la luz déficits autonómicos y municipales que hasta ahora permanecían ocultos. También señalan la rebaja de rating decidida ayer por Fitch para la deuda griega; o la de Standard & Poor's para Cataluña de anteayer. Incluso algunos citan como factor de inestabilidad las manifestaciones de los jóvenes indignados que tienen su centro en la Puerta del Sol de Madrid o el escándalo que ha desembocado en la defenestración de Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI. "Todas esas respuestas son factibles aunque parten del deseo de explicar cosas que no tienen explicación. Pero el único motivo de peso es Grecia", asegura Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters. "Ha terminado la pasmosa pasividad de un mercado al que poco han importado el rescate de Portugal y el previsible segundo rescate de Grecia. Los problemas de deuda periférica vuelven a estar en primera línea", añade Soledad Pellón, de IG Markets.

El foco, pues, vuelve a ser Grecia. La idea de un segundo plan de rescate para Atenas o de una reestructuración de la deuda helena sobrevuela los despachos de los ministros de Economía de la eurozona. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Jüncker, mencionó esta semana la posibilidad de una reestructuración "suave", que supondría un aplazamiento de los pagos y una rebaja de los tipos de interés, pero no una quita. Tanto la ministra francesa Christine Lagarde como el BCE rechazan esta idea, que sí cuenta con el apoyo del alemán Wolfgang Schäuble. De fondo late el temor de que, como ya ha ocurrido con la primera ronda de rescates, los problemas de Atenas acaben reverberando en Dublín y Lisboa. "Parece como si hubiera un plan escrito. Lo razonable es pensar que lo que ahora ocurre en Grecia acabará pasando en Irlanda y Portugal", dice Crespo.

Además, los mercados, como es habitual, mantienen la jerarquía a la hora de golpear: la prima de riesgo griega, que ya supera los 1.350 puntos básicos, subió en la jornada de ayer 60. En segundo lugar, se colocó Portugal, con 30 puntos más, y en el siguiente nivel, Irlanda y España, cada uno con 15 puntos más. El efecto bola de nieve llegó hasta las Bolsas, con pérdidas generalizadas en toda Europa y más pronunciadas en España (-1,45%).

Nadie sabe a ciencia cierta si las protestas de los jóvenes agrupados bajo el Movimiento 15-M tendrán algún efecto entre los encorbatados inversores, pero sí parece más claro que las manifestaciones suponen una presión para los políticos. Más aún a pocas horas de unas elecciones. Quizás por ello el presidente del Gobierno se vio obligado a defender las medidas más impopulares de sus siete años de mandato: los recortes sociales -rebaja de sueldos para funcionarios, congelación de pensiones, eliminación del cheque-bebé- que el Congreso de los Diputados aprobó en mayo de 2010.

"Hace un año nos jugábamos muchísimo. Si no hubiera salido adelante [el plan de ajuste], es muy probable que hubiéramos tenido que pedir dinero a las instituciones europeas, algo muy negativo. Sin embargo, el PP intentó derribar al Gobierno antes de ver el riesgo de que la economía española tuviera que ir a un rescate", dijo José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista con la cadena SER. El presidente además garantizó que el dato de empleo de mayo será "muy positivo" y que tras las elecciones del domingo no harán falta más recortes, porque el objetivo de déficit está asegurado y se va a cumplir "a rajatabla".

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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