Font de Mora, hizo; Ciscar, deshace
"El modelo actual valenciano de tres líneas" -enseñanza vehicular en castellano, en valenciano o mixto- "se irá adaptando progresivamente a partir del próximo curso a un modelo único a semejanza del gallego", en el que no se podrá impartir menos de un tercio de castellano y de valenciano, ni más de un tercio de inglés. Así lo presentó Alejandro Font de Mora, en un congreso de plurilingüismo celebrado en Valencia el 30 de mayo pasado, siendo todavía consejero en funciones. El nombramiento de José Ciscar, todavía a manos del ex presidente Francisco Camps, supuso un giro, al menos, en las formas y en el tono. De la ruptura de relaciones con la comunidad educativa y la soledad desde la que gestionó Font de Mora, a la "voluntad de diálogo y de consenso" manifestada por Ciscar.
De esta forma, donde Font de Mora se agarraba al "programa electoral del PP" para mantenerse en sus trece -pese a las manifestaciones y protestas de rechazo que se sucedieron en junio contra la supresión de las líneas en valenciano-, Ciscar afirma ahora que: "La educación no es cosa únicamente de la Administración, sino también de los padres y madres, de los profesores y de todos aquellos que, de una manera u otra, tienen que ver con la educación".
Y donde Font de Mora afirmaba que: "El nuevo decreto elimina los programas lingüísticos existentes"; Ciscar propone: "Revisar caso a caso la cobertura de líneas en valenciano", para ampliarlas, "si hay consenso en el centro". Ningún punto del decreto era revisable para Font de Mora. "Todos los puntos del decreto son modificables", para Ciscar.