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La competitividad sube en España más que en los otros países desarrollados

La economía recupera seis puestos en el índice del Foro de Davos que mide las posibilidades de crecimiento gracias al deterioro del resto del mundo

Álvaro Romero

España es el país desarrollado que más avanza en competitividad para el Foro de Davos, según el informe anual que ayer publicó esta institución y que, en esencia, muestra la capacidad de cada Estado para crecer más rápido que el resto.

A partir del análisis de factores tan dispares como el acceso a la financiación o la calidad de la salud de la población, la economía española ha pasado del puesto 42 que tenía el año pasado al 36 de un total de 142 Estados. Sin embargo, esta evolución se ha visto más condicionada por el empeoramiento de los países que la habían superado en los últimos ejercicios que en su propia mejora, ya que su nota global se mantiene en el 4,5. Además, la remontada es insuficiente para recuperar el lugar que ocupaba en 2008, cuando estaba entre los 30 países con mayores perspectivas de crecimiento. Frente al resto de los grandes de la UE, solo Italia sale peor parada en el retrato.

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Según el índice del Foro, elaborado a partir de más de 13.000 entrevistas realizadas entre febrero y mayo a directivos de todo el mundo, 103 de ellos españoles, y completada con datos oficiales, España registra leves mejoras en infraestructuras, salud o innovación, así como sigue destacando en cuestiones relacionadas con la educación superior o sobre la cultura de negocios.

Sin embargo, son más llamativos los aspectos donde suspende, como en materia laboral pese a la puesta en marcha de la reforma en junio de 2010, o el deterioro de la opinión sobre su sistema financiero. En el primer aspecto, España baja cuatro puestos y se consolida en el furgón de cola de la clasificación muy por detrás de países como Azerbaiyán o Ruanda. El motivo de esta mala calificación está en "la percepción que tienen los empresarios españoles de que el mercado laboral no es eficiente y no hay confianza en que la reforma funcione", según explica una de las autoras del informe, María Luisa Blázquez, investigadora del IESE. Esta desconfianza se refleja en que solo hay seis países donde, en opinión de sus empresarios, contratar y despedir es más difícil que en España.

Según el informe, al frente del cual está el economista Xavier Sala-i-Martin, España empeora con fuerza en la percepción sobre la solvencia de su sistema financiero, factor en el que cae 30 puestos hasta el 73.

"No es sorprendente que los empresarios tengan una visión más negativa", explica la economista jefe del Foro, Jennifer Blanke, "ya que están pensando más en la crisis de deuda y en la preocupación general que existe sobre los mercados financieros" que en los ratios de capital o en los balances, donde la banca española se muestra fuerte. Pero esto también es matizable. "Es un hecho que hemos empeorado en cuanto a la visión que hay sobre el sistema financiero pero porque los directivos y ejecutivos españoles son mucho más exigentes que en otros países", matiza Blázquez.

Con vistas al futuro, si España quiere seguir avanzando y hacerlo por sus propios méritos la clave es mejorar donde más lejos está de su entorno: mercado laboral e innovación. En este apartado, aunque está entre los 40 primeros, sigue distanciado de sus socios del euro. Para ello, el consejo que dan los autores del informe es conocido: perseverar en las reformas y transformar su economía.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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