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11-S, diez años después

Biden: "El despertar del gigante dormido"

El vicepresidente Joe Biden lideró una ceremonia dedicada a las 184 víctimas que fallecieron cuando el Boeing 757 del vuelo 77 de American Airlines impactó contra la fachada del Pentágono a las 9.36. La fortaleza militar de la nación más poderosa del mundo era de repente vulnerable. Biden recordó ese momento como "el despertar de un gigante dormido", en un discurso solemne y emotivo en el que agradeció los sacrificios de la llamada Generación del 11 de Septiembre, "la más grandiosa" de la historia de Estados Unidos.

"Sé lo que es recibir de repente una llamada para decirte que lo que más quieres en este mundo ha desaparecido", dijo Biden a los familiares de víctimas y supervivientes presentes en la ceremonia. Según Leslie Dolan, que perdió a su padre en el atentado, Biden se mostró emocionado: "Podemos ver que comparten lo que estamos pasando".

El vicepresidente recordó en su discurso a algunas de las víctimas, entre ellas una azafata con 45 años de experiencia, "a la que todos querían como a una segunda madre", o un veterano de la II Guerra Mundial y padre de cinco hijos que viajaban en el vuelo 77 aquella mañana. Tanto Biden como el secretario de Defensa, Leon Panetta, dedicaron sus palabras a los militares fallecidos en las guerras de Irak y Afganistán, así como a las fuerzas especiales que persiguieron a Bin Laden "hasta las puertas del infierno".

Joan Temple perdió a su yerno en el atentado. Para su familia, las celebraciones de cada aniversario no son tan importantes como la muerte de Bin Laden. "Los niños como mi nieto, que perdieron a sus padres tan jóvenes, llevaron todo guardado hasta que lo mataron. Fue como si les quitaran una capa de dolor de encima". Dolan, de 25 años, también tuvo palabras sobre el líder de Al Qaeda, pero no se muestra tan satisfecha. "Nunca podré decir que me sienta alegre por la muerte de una persona y tampoco creo que hayamos hecho exactamente justicia", comentó.

Al terminar el homenaje, los 1.300 familiares de víctimas y supervivientes del atentado contra el Pentágono se adentraron en la explanada del monumento, donde 184 soldados habían depositado flores en los bancos que conmemoran a cada uno de los fallecidos. Más tarde, lo visitaría Barack Obama.

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