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El FMI reclama al BCE que amplíe la compra de deuda

El Fondo cree que la banca europea necesita entre 100.000 y 200.000 millones - Pide una rebaja del tipo de interés

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no suelta el pie del acelerador. Hace dos semanas hizo de la crisis bancaria de la zona euro la atronadora banda sonora de su asamblea anual. Ayer, en la presentación de su informe regional sobre Europa, volvió presionar a las autoridades europeas para que el fondo de rescates actúe cuanto antes en el mercado de deuda pública. Y reclamó al Banco Central Europeo (BCE) que haga público ya un "compromiso explícito" de que extenderá su programa de adquisición de bonos "tanto tiempo como sea necesario".

El BCE ha destinado ya 156.500 millones a la adquisición en el mercado secundario de bonos de los tres países rescatados (Grecia, Irlanda y Portugal) y de Italia y España, ante la brusca depreciación de los títulos de estos países. La decisión de comprar títulos de estas dos economías ha permitido contener su pérdida de valor en los mercados. Pero a costa de elevar de forma considerable la inversión comprometida y de quebrar el consenso en el Consejo del BCE.

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El equipo técnico del Fondo aboga porque el compromiso del BCE de comprar deuda de países de la zona euro hasta donde sea necesario se compense con otro compromiso igual de ambicioso. "Un anuncio por parte de los países de la zona euro de que están dispuestos a indemnizar al banco central por las pérdidas en las que incurra con esta operación sería muy conveniente", se añade en el informe.

La intervención del BCE es la última trinchera de la zona euro ante la bola de desconfianza que no para de crecer en los mercados financieros. Al menos, hasta que el fondo de rescates, usado ya en las líneas de crédito a Grecia, Irlanda y Portugal, puede utilizarse de otra manera. Las nuevas competencias del fondo, dotado con 440.000 millones, le permitirán prestar dinero a cualquier país de la zona euro de forma preventiva, ya sea para sanear sus cuentas públicas o para inyectar dinero en la banca. Y, también -pero solo si hay una decisión unánime de todos los países de la zona euro-, comprar bonos en el mercado secundario, como hace ahora el BCE.

"El fondo de rescates podría ser muy eficaz para España o Italia", aseguró el director del departamento de Europa del FMI, Antonio Borges, en la presentación del informe en Bruselas. "Lo más importante es que las autoridades europeas, tan pronto como decidan cómo usar el fondo, se lo comuniquen de forma clara a los mercados", añadió Borges.

La insistencia en que la zona euro use el fondo de rescates al máximo potencial -está pendiente aún la aprobación de las nuevas competencias en algunos Parlamentos nacionales- y cuanto antes jugó una mala pasada a Borges. A preguntas de los periodistas, el alto funcionario del Fondo aseguró que el FMI podía ir más allá de su actual papel de prestamista -ha comprometido 250.000 millones en líneas de crédito- en la crisis de la zona euro. "Podríamos colaborar con el fondo de rescates en la compra de deuda pública, no está excluido", llegó a decir en la conferencia de prensa. Unas horas después precisó que no ha habido ninguna petición oficial en ese sentido y que esa posibilidad requeriría de "una estructura legal y una fuente de financiación distintas, que no se han discutido con los miembros del Fondo".

El informe del Fondo insiste en la necesidad de recapitalizar la banca europea. "No es ningún secreto que las autoridades europeas están trabajando en un plan para inyectar más capital público en los bancos", indicó Borges, quien precisó que el FMI preferiría que esas inyecciones fuesen consecuencia de un "acercamiento conjunto" al problema y no de simples decisiones nacionales más o menos coordinadas.

El director para Europa del FMI hizo en este asunto otro comentario polémico. En declaraciones recogidas por las agencias Reuters y Bloomberg, sostuvo que la banca europea necesita entre 100.000 y 200.000 millones de capital. Hace dos semanas, el Fondo indicó que un cálculo similar (200.000 millones) no era una aproximación a las necesidades de capital, sino una estimación de las pérdidas potenciales en los balances de la banca por la depreciación de los títulos de deuda pública de varios países europeos desde 2010.

El informe del Fondo insiste en que el BCE baje los tipos de interés ante la debilidad de la situación financiera y económica en la zona euro. El Consejo de Gobierno del BCE, que los ha subido dos veces este año hasta situarlos en el 1,5% debatirá hoy otra nueva intervención: recuperar los créditos a un año a la banca para insuflar liquidez. La rebaja de tipos está en el horizonte, pero la mayoría de los analistas dudan de que sea en este Consejo, el último que presidirá Jean-Claude Trichet antes de pasar el testigo a Mario Draghi.

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