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Reportaje:La propiedad intelectual, a debate

Denuncia coral de una "cobardía impresentable"

20 creadores y productores protestan con indignación a la entrada en vía muerta de la norma antidescargas

Indignación, incomprensión y sorpresa son sentimientos extendidos en el mundo de la cultura en estos días de somnolencia festiva en principio tan poco dados a la beligerancia. Cierto es que llueve sobre mojado: no es la primera vez que la ley Sinde entra contra todo pronóstico en vía muerta, pero casi nadie entiende en eso que llaman "el bando de los creadores" la deriva tomada por el culebrón de una de las normas más polémicas e impopulares que se recuerdan. Una iniciativa que debía venir a defenderles del tráfico de webs de descargas y enlaces a contenidos no autorizados y sujetos a derechos de propiedad intelectual y que ahora, cuando se da por segura la renuncia del Ejecutivo en funciones del PSOE a desarrollar el reglamento, de nuevo, deberá esperar.

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Son conclusiones extraídas de un sondeo realizado por EL PAÍS en estos días de puente constitucional entre una veintena de cineastas, músicos, actores, productores, filósofos, escritores y gentes de la industria. Aunque el fuego lo había abierto el sábado el director de cine Fernando Trueba en un encuentro con la prensa al término de los Premios del Cine Europeo. La alegría por la obtención del galardón, compartido con Javier Mariscal, al mejor filme de animación por Chico y Rita, se vio enturbiada por la rabia de las noticias llegadas de España: las tachó de "cobardía impresentable", que achacó al "mal perder" de los socialistas. "Un Gobierno tiene que hacer lo que tiene que hacer. No pensar en lo que es popular, sino en lo que es justo".

Al coro de los que enarbolan el reproche de la "cobardía" se unieron el cineasta Enrique Urbizu (su filme No habrá perdón para los malvados se cuenta entre los más exitosos del último cine español) o el músico Ramoncín. El primero lamentaba que se haya cedido al chantaje de "las redes sociales", mientras que el segundo sentenciaba: "No se entiende esa decisión de dejarles el marrón a estos", en referencia al próximo Gobierno del PP. El partido (junto a CiU) apoyó la aprobación en el Senado de la norma antidescargas y ahora recibe como herencia la obligación de aprobar un reglamento que desarrolle la legislación, pese a que la cineasta Mar Coll no confíe mucho en ello ("no hará más de lo que ya se ha propuesto").

Al desgaste de un Gobierno en los estertores culparon de lo sucedido muchos de los consultados. Desde el "hemos asistido al peor espectáculo institucional" de Pedro Pérez, presidente de la FAPAE, la asociación de los productores, a la denuncia de "falta de habilidad política" que hace el músico Anton Reixa o la "maniobra" descrita por Achero Mañas, director de cine y actor, todo cabe en el espectro de la indignación que causan las noticias de un Consejo de Ministros en el que el frente común de los titulares de Industria, Justicia, Interior y Presidencia dejó sola en la defensa de la ley a la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. También valían los símiles taurinos: "Hasta el rabo todo es toro", advirtió Ernesto Caballero, director, dramaturgo y responsable del Centro Dramático Nacional a partir del próximo enero. "No creo que ningún Gobierno deba hacer dejación de funciones, aunque sepan que han perdido unas elecciones y vayan a desaparecer". O precisamente por eso mismo, opinaba Judith Colell, directora y vicepresidenta de la Academia de Cine: "No entiendo que no haya salido adelante si ya no tenían nada que perder".

Más lejos en la fijación de responsabilidades fue Gerardo Herrero, director y productor: "Que [Alfredo Pérez] Rubalcaba haya aceptado eso, que [Miguel] Sebastián haya demostrado de nuevo que actúa al dictado de las compañías telefónicas y que José Blanco haya sido partícipe de ello demuestra como se asustan ante los piratas y las empresas que se hacen millonarias gracias a esos blogueros que están pagados por las compañías telefónicas". En esta misma línea argumental se movía el cantautor Jaume Sisa: "Es el triunfo de unos lobbies de poder muy concretos y de cuatro ganapanes de la más pura estirpe picaresca española".

Exonerada por casi todos de las culpas quedó González-Sinde, que ayer se hallaba en México, a mitad de una semana en la que en su agenda también están marcados viajes a Nueva York y Moscú, donde el viernes clausurará el Año Dual España-Rusia. "Tal y como ha quedado el asunto parece que la ley fue un capricho de una sola persona, la ministra de Cultura. Si finalmente iban a actuar así podían haber evitado toda la amargura", escribió el lunes en un debate auspiciado en Eskup, la red social de EL PAÍS, la autora Elvira Lindo. Una opinión que compartieron la también escritora Julia Navarro ("ella ha presentado un proyecto y el Consejo lo ha retrasado, lo mismo que con el informe del Valle de los Caídos") o Sabino Méndez, músico y escritor directamente implicado en la refundación de la SGAE: "Es una decisión que va más allá del Ministerio de Cultura. En general en la clase política hay muchos que miran por sí mismos".

Y mientras Rosendo Mercado, que acaba de editar un cofre que repasa su carrera en lo más alto del rock urbano, se apuntaba al clima general de desconfianza en la clase política ("el tinglado político"), otros pedían medidas distintas como "una campaña de concienciación" (Borja Cobeaga, cineasta) o acudían a las comparaciones prácticas para explicar la indefensión en la que se ven muchos creadores ("es como si yo voy a la frutería, le pago al frutero y este se niega a pagarle al agricultor", explicaba el músico Alejo Stivel). Por su parte, el distribuidor Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine, echaba mano de los números: "Es inexplicable que en un momento de crisis y con el número de parados que tenemos, no se intente acabar con la piratería que sufre nuestra industria cultural". "En el primer semestre de este año el valor de lo pirateado ascendió a 5.400 millones de euros, de los que 1.700 corresponden al cine. En total, 11.000 millones de euros. Si el Gobierno tiene miedo a la piratería ¿por qué no quitan el IVA o impuestos antipopulares?".

Antes de las dramáticas medidas fiscales, el escritor Lorenzo Silva exigía lo que muchos reclaman desde hace tiempo, "una reforma integral de la ley de propiedad intelectual". O, como Carlos Berzosa, catedrático universitario y exrector de la Universidad Complutense, abogaban por una "protección de los derechos de autor compatible con el acceso asequible para todos al conocimiento y a la obra creativa, sin aceptar formas de piratería". ¿Les suena a algo en medio de la cacofonía del debate? Quizá sea la melodía del sentido común.

Con información de Antonio Fraguas, Ana Marcos, Elsa Fernández-Santos y Rosana Torres.

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