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COPA DEL REY | Ida de las semifinales
Columna
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No es el juego, son los futbolistas

Ramon Besa

Al Valencia, equipo profundo por definición, especialista en atacar el espacio, le alcanza con una jugada y un futbolista para doblegar en cada partido al Barcelona. Habilitado por Jordi Alba, Mathieu le pilla la espalda al lateral y deja el balón a punto para la llegada del volante, que resuelve sin dudar ante meta del Barça. Igual da que se ponga Pinto que Valdés o que juegue Alves o Puyol. No se aplican los azulgrana, siempre respetuosos con Mathieu, ayer abatidos por Jonas. Así ha sido desde siempre, también en los mejores tiempos del equipo de Guardiola, que no son precisamente los de ahora.

A la que llega enero y, sobre todo febrero, los barcelonistas se aflojan y conceden sorprendentes partidos. La tendencia se ha acentuado de forma progresiva en 2012 hasta ser especialmente manifiesta el sábado en Vila-real. El encuentro del Madrigal exigía por parte barcelonista de una corrección inmediata en Valencia. La enmienda se quedó a medio camino y, por tanto, el Barcelona todavía no juega como sabe jugar el Barcelona porque echa en falta a los que marcan la diferencia como Messi.

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Mejoró anoche en la presión, un detalle fundamental para su forma de entender el fútbol, que precisa del campo y de la pelota. A los azulgrana no les conviene ceder terreno, correr muchos metros, porque no son jugadores de largos recorridos, sino que prefieren acortar la cancha, atacar de forma continuada con la pelota ganada a la zaga rival, cosa que ocurre más a menudo cuando se aprieta con delanteros y no con medios, falsos arietes o defensas, como pasó contra el Villareal. El mejor ejemplo fue Cuenca. El extremo no solo fue decisivo por su agresividad sino que generó las mejores ocasiones de gol del Barcelona.

También fueron más reconocibles los azulgrana en el control del juego, la fluidez y, especialmente, en el juego asociativo. Intentaron los centrocampistas recuperar el libro de estilo del Barcelona. No fue, sin embargo, el mejor partido de los interiores, y ya se sabe también que se pierde estilo cuando no juega Xavi. La suplencia del volante expresa precisamente la actual situación futbolística del Barça.

Apenas quedaba rastro anoche del podio del Balón de Oro de 2011 y, parcialmente, del de 2012, con el permiso de Cristiano Ronaldo. Xavi calentó banquillo, Iniesta está lesionado y Messi no marcó ni de penalti, igual que ya pasó en la Liga con el Sevilla. Los futbolistas que definen el juego y desequilibran en el Barcelona no fueron protagonistas en Mestalla.

Equipo productivo por excelencia, el Barcelona se ha quedado seco desde que no marcan sus dos pichichis: Messi y Cesc. Tampoco ayuda la lesión de Villa. A los azulgrana les falta finura y, más que nunca, pegada. El único gol que contaron fue a la salida de un córner que remató el central Puyol. Pifiaron un par de remates francos, Alves tiró a la madera y el portero del Valencia acreditó de nuevo que es un especialista en los 11 metros.

A falta de lucidez y velocidad, el Barça exhibió intensidad y solidaridad y cumplió como equipo. Individualmente, en cambio, penalizó hasta Pinto, al que el árbitro perdonó la expulsión después de rechazar el cuero con la mano fuera del área. El error del colegiado le sirvió de coartada al Valencia para justificar su actuación. A pesar del gol de Jonas, el plantel de Emery fue a menudo a rebufo del Barcelona. El problema azulgrana no es el juego, académico y aseado, de nuevo coral, sino la forma de sus mejores futbolistas, cosa que explicaría sus cambios en la alineación. No es un asunto de rotar sino de elegir, tarea que aumenta el protagonismo de Guardiola, un técnico intervencionista.

No es de extrañar que el entrenador barcelonista se felicitara anoche por que su equipo jugara a su entender el mejor partido en Mestalla desde que se sienta en el banquillo del Barça. Ocurre que, en los anteriores encuentros, con menos fútbol, saca mejor resultado por la capacidad resolutiva de sus figuras. Anoche los delanteros defendieron bien y remataron mal.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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