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Griñán encabeza la lista de Sevilla, la más dividida por el congreso

El proceso de candidaturas abre un nuevo frente en el maltrecho PSOE andaluz

José Antonio Griñán encabezará la candidatura de Sevilla a las elecciones del 25 de marzo, una agrupación que se ha resentido especialmente de la sacudida del 38 congreso federal del pasado fin de semana y cuyo secretario provincial, José Antonio Viera, está abiertamente enfrentado con la número dos del PSOE andaluz, Susana Díaz. El anuncio oficial, a cargo de esta última, del lugar por el que el presidente de la Junta intentará repetir mandato -se había barajado también la circunscripción de Córdoba- da comienzo a la elaboración de las listas, que debe culminar la semana próxima. Con un PSOE andaluz fracturado en dos (aunque formalmente el discurso es el de la unidad y la fortaleza), el proceso se prevé sumamente complicado, habida cuenta de los equilibrios que hay que conciliar: el de las mayorías y minorías de las provincias, la opinión de la dirección andaluza y la federal, cada una con una orientación distinta.

El cuanto a la resaca del congreso, Susana Díaz dijo ayer que el partido ha salido cohesionado en torno a Alfredo Pérez Rubalcaba y dispuesto a volcarse en las elecciones autonómicas. Griñán, nuevo presidente del partido, también optó por la huida hacia adelante, si bien preguntado por la ejecutiva federal, dijo: "Yo no sé si integra o no integra, pero es la ejecutiva del PSOE y todos debemos trabajar en la misma dirección".La dirección del PSOE andaluz intentó ayer pasar rápidamente página del congreso federal y hurgar lo menos posible en la herida para llegar medianamente recompuesta a las elecciones autonómicas, donde no solo los socialistas andaluces se lo juegan todo, también el PSOE en su conjunto, que tras el vapuleo de los comicios generales del 20 de noviembre se ha agarrado a este último bastión para iniciar la remontada. Ahí queda la frase de Alfredo Pérez Rubalcaba tras la primera reunión de la ejecutiva federal en Madrid: "Andalucía es una emergencia para el PSOE".

El nuevo secretario federal hizo todos los guiños que se le ocurrieron al candidato andaluz. Dijo que los dos son amigos desde hace años, que saben lo que hay que hacer, que trabajarán codo con codo y que él será el "primer activista" de la campaña de Griñán, de la mañana a la noche. "Estamos todos con vosotros, Pepe, como siempre, pero ahora más que nunca y confiamos en vosotros, como siempre, pero ahora más que nunca. El PSOE de Andalucía no es solo un gran partido andaluz, sino que es el corazón y la columna vertebral del Partido Socialista, eso es el PSOE de Andalucía".

Pero Griñán ha sido uno de los grandes perdedores del cónclave. Apostó muy fuerte por Carme Chacón y arrastró a cinco de los secretarios provinciales (Córdoba, Granada, Almería, Málaga y Huelva), aunque él nunca llegó a decirlo en público, forzado, en última instancia, por su condición de presidente del congreso. Ahora irá por Sevilla, cuya frágil armonía estalló por los aires en los prolegómenos del congreso y donde han rodado las denuncias de presiones ilegales e inmorales hacia la gente de Griñán para inclinar la balanza en favor de la candidata catalana. Y lo peor es que el propio candidato a la Junta intervino directamente para defender a su secretaria de Organización, Susana Díaz, en guerra abierta con su otrora aliado José Antonio Viera. Este último ha seguido disciplinadamente el manual de dar por zanjada las tensiones y ha pedido a las 115 agrupaciones locales de la provincia el apoyo a José Antonio Griñán.

Lo malo es que quienes han ganado el congreso en esta agrupación no se lo van a poner tan fácil a Díaz. Sostienen algunos dirigentes consultados que es lógico que la número dos del PSOE andaluz vaya inmediatamente detrás del candidato a la presidencia, pero el bando que ha quedado por encima quiere ver reflejada su victoria en puestos relevantes. La secretaria de Organización tensó ayer el gesto cuando se le preguntó sobre su ubicación y contestó con una frase hecha: "Estaré donde me sitúen mis compañeros".

Durante una comparecencia de prensa, Susana Díaz se tuvo que emplear a fondo en la tarea de echar balones fuera para tratar de borrar de un plumazo la imagen de rompimiento que el PSOE andaluz han trasladado a la opinión pública. Aseguró, incluso, que Andalucía está muy bien representada en la ejecutiva federal, pese a la evidente pérdida de posiciones. Se agarró a los números -los mismos miembros que en la última dirección: seis en la ejecutiva y 18 en el comité federal- y evitó comentar que el primer socialista ocupa ahora el noveno puesto cuando antes era el quinto.

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Lo mismo han hecho los secretarios provinciales, con la excepción del de Cádiz, Francisco González Cabaña, quien se bajó de un salto del escenario en el que los socialistas andaluces representan la función de la unidad y pidió a la dirección regional "juego limpio". Dijo que el comité provincial que debe celebrarse este domingo para la confección de las listas es una "propuesta impositiva, una vez más", ya que en su opinión, el reglamento no lo contempla. También llamó a "dejarnos de presiones y amenazas" en el partido para "dejar que los compañeros se manifiesten libremente por la opción que mejor entiendan" a la hora de negociar las candidaturas.

Rubalcaba ha salvado la cara a Griñán al colocarlo en la presidencia del partido, que antes ocupaba Manuel Chaves, la única forma de que su derrota interna no sea una enorme piedra en el camino de las elecciones andaluzas. Antes de entrar en el 38 congreso federal, el líder andaluz quería entreverar en la dirección de Ferraz a alguien muy próximo, claramente identificado con él, en uno de los puestos ejecutivos más importantes, como la secretaría de Organización. Al perder Chacón, el castillo de naipes se vino abajo.

La presidencia del PSOE federal permite a Griñán mantener en pie su tocado liderazgo. Está en un lugar destacado y representativo. Sin embargo, está por ver si este gesto será suficiente para contener el surgimiento de un sector crítico al aparato controlado por el secretario general. Algunos dirigentes están contando ya a partidarios y detractores y hay quienes aseguran que el movimiento agrupa a casi la mitad del partido. De momento, y si nadie saca los pies del tiesto en la elaboración de las listas, el PSOE andaluz pondrá todo su empeño en sostener la imagen de unidad hasta las elecciones. Luego ya se verá.

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