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Reportaje:

Vladimir Strate, artista gallego

Un joven de origen centroeuropeo gana el concurso de arte del Auditorio de Galicia

Federico Vladimir Strate Pezdirc no parece el nombre más apropiado para convertirse en el ganador de un certamen para premiar a los jóvenes valores gallegos del arte, pero para sorpresa de muchos, empezando por él mismo, se convirtió en el elegido por el jurado del VII Premio Auditorio de Galicia. Su obra puede verse, junto a la de otros 40 jóvenes artistas gallegos que tomaron parte en el concurso, en la exposición que permanecerá abierta hasta el próximo 4 de marzo en el propio centro compostelano.

Strate nació en Argentina y sus abuelos son de origen alemán y esloveno, respectivamente. Su familia se trasladó a Oleiros cuando él contaba seis años y vivió allí hasta los 18, cuando se marchó a estudiar a Madrid. Ahora vive en Londres pero todavía tiene familia en Galicia, a la que considera su tierra.

"El premio es una gran plataforma de lanzamiento para mi", reconoce
"No lo esperaba para nada. Pensé que habría prejuicios con mi nombre"

"He de reconocer que no me esperaba ganar para nada", explica Federico Strate, "no solo porque creía que habría ciertos prejuicios con mi nombre sino también porque la obra es un cortometraje de 20 minutos de duración y los jurados no suelen valorar las piezas que pasan de 10 minutos". El vídeo está grabado entre A Coruña y Londres y en el mismo se plantea una reflexión sobre cuestiones como la comunicación en el seno de la familia, la elección entre vida nómada o sedentaria y el papel de la ficción.

La idea para realizar la pieza surgió durante una visita del propio artista al museo Tate Britain. Strate Pezdirc se quedó fascinado por el retrato de Henry Hudson y su hijo, pintado por John Collier, y la obra le sirvió de inspiración para el trabajo con el que acabaría ganando el premio. Pidió permiso para filmar el cuadro en los almacenes del museo londinense y posteriormente grabó en interiores y también en lugares como los acantilados de Cedeira o la playa de Barrañán, en Arteixo. Según explica el artista, todas las imágenes que pueden verse en el montaje tienen que ver con otras "a pesar de que a primera vista pueda parecer que no hay nada en común".

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Strate, que contesta a las preguntas desde Londres, donde está estudiando un máster en Comunicación Visual en el Royal College of Art, asegura que espera poder dedicarse profesionalmente al arte aunque el panorama actual lo ve "muy mal". Se muestra muy crítico con la idea que tienen muchos artistas en España de vivir de su obra. "Creo que un artista podría desempeñar muchísimas funciones además de realizar simplemente sus proyectos personales. Pero eso implica cambiar la manera en la que entendemos la cultura", indica Strate.

Incluso se muestra crítico con las propias bases del concurso en el que fue premiado. No está muy de acuerdo en que puedan participar tanto artistas noveles como otros que ya cuentan con una trayectoria consolidada y exponen habitualmente dentro y fuera de Galicia. "Es un poco triste que haya premiados de ediciones anteriores que se siguen presentando y que continúan siendo seleccionados. Es un síntoma de que algo falla. El Auditorio es una plataforma de lanzamiento genial, pero si el sistema funcionase como en teoría debería funcionar, esto no pasaría", señala Strate, quien aclara que la responsabilidad no es de los artistas ya que a muchos no les queda más remedio que aprovechar cualquier ocasión que se les presente para dar a conocer su obra.

Agar Ledo, coordinadora de exposiciones del Marco de Vigo y una de las miembros del jurado del premio, destaca entre las cualidades de la obra de Strate la complejidad de la estructura fílmica y la idea de utilizar su archivo personal para plantear una reflexión sobre el pasado. Ledo ensalza la calidad de los trabajos presentados por los jóvenes creadores en esta edición. Destaca, además, que el premio supone una gran oportunidad para que muchos artistas puedan exponer su trabajo por primera vez.

Como indica el propio ganador de esta edición, quizás la única pega que se pueda poner al concurso es que tomen parte creadores que ya tienen un nombre en el arte gallego y estatal junto a otros que son absolutamente desconocidos. Incluso hay miembros del jurado que señalan la dificultad de evaluar con la misma medida el trabajo de un artista novel que el de creadores como Carlos Maciá, Álvaro Negro o Manuel Eirís que ya cuentan con una importante trayectoria, incluso fuera de la comunidad autónoma.

Más allá de este debate, la exposición permite al visitante hacerse una idea de por donde van las inquietudes de las nuevas generaciones de artistas. En la muestra están presentes formatos y técnicas muy diferentes entre sí, pero existe una convivencia armónica entre disciplinas como el vídeo, la instalación, el dibujo y la pintura.

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