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Barcelona vuelve a ser candidata para fabricar la furgoneta de Nissan

La directiva de las plantas catalanas ya da por ganada la batalla por la nueva 'pick up' gracias al ajuste laboral que han aceptado los trabajadores.-La ciudad elegida se anunciará el 18 de enero

Nissan ha decidido dar una segunda oportunidad a las fábricas de Barcelona. Quizá aún permita que sea la planta que tiene en Zona Franca la que se encargue del nuevo modelo de furgoneta pick up que piensa distribuir en todo el mercado europeo. La decisión de la matriz japonesa responde al esfuerzo de los trabajadores, que ayer en un referéndum decidieron aceptar otro ajuste en sus condiciones laborales después de que en diciembre la matriz les descartara para nuevos proyectos por sus altos costes de producción. El fabricante automovilístico, aún así, sigue manteniendo a sus empleados catalanes en vilo. Les permite seguir compitiendo, pero no les dirá si son los elegidos hasta el 18 de enero. Sabrán, por fin, si sus puestos de trabajo están garantizados otros 10 años y la planta recibe una inversión de más de 80 millones de euros. En un comunicado, la directiva de España ha señalado que aunque oficialmente faltan unos días para conocer el desenlace del encargo, creen que serán los elegidos. "Anticiparíamos una conclusión positiva", señalan en un comunicado.

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Barcelona estaba en todas las quinielas para encargarse de la furgoneta. Sin embargo, en diciembre la matriz les advirtió a sus trabajadores de que sus costes eran demasiado elevados y, por tanto, la planta no era candidata, a pesar de fabricar en la actualidad un modelo muy parecido. Dio tres días a los trabajadores para aceptar un severo plan de ajustes. Los sindicatos no lograron negociar una prórroga, las medidas eran muy exigentes y no aceptaron. La oportunidad parecía haberse esfumado. Pero los representantes de los trabajadores no lo dieron todo por perdido.

La UGT y la USOC pactaron, con la mediación del Ministerio de Industria, una nueva propuesta: una congelación salarial menos severa a cambio de otras medidas de productividad y contra el absentismo laboral. CC OO no estaba de acuerdo con el plan, porque supone endurecer más unas condiciones que ya se ajustaron el año pasado tras una dura negociación que incluyó un recorte de 1.500 puestos. Este sindicato cree que la directiva está utilizando la camioneta para chantajear a los trabajadores y que todos los ultimátum que les da son parte de una estrategia para presionarles. CC OO quería más tiempo para negociar. Los otros sindicatos no. Por eso ayer se celebró un referéndum. Los trabajadores, uno a uno, decidirían sobre el nuevo ajuste: sí o no.

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