El Palacio de Oriente quiere ser Buckingham Palace

El presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Madrid, Jesús Gatell, ha pedido hoy que se implante en el Palacio de Oriente un cambio de la Guardia Real similar al que existe en "otros palacios europeos como el de Buckingham", lo que, en su opinión, atraería más turismo a la capital. Este palacio es el mayor de toda Europa Occidental, con una extensión de 135.000 m².

Ya lo tienen todo pensado, otra cosa es que finalmente se haga. El relevo se produciría dos veces a la semana en la explanada de este edificio "único en Europa" y supondría "un valor añadido" a la oferta turística de la ciudad, que hoy por hoy lucha por arrebatarle a Roma el tercer puesto en la clasificación de capitales europeas más visitadas. Madrid es la región en la que más ha aumentado el número de viajeros, que ha pasado de tres millones en 2003 a los 6,8 millones del año pasado. Según la Cámara de Comercio, el objetivo es llegar a los 12 millones de turistas en 2011, lo que supone incrementar en un 40% la afluencia de visitantes.

El presidente ha hecho la petición del cambio de guardia al consejero madrileño de Cultura y Turismo, Santiago Fisas, en la reunión que ambos han mantenido junto a la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM) y en la que Fisas se ha comprometido a trasladar esta solicitud "al organismo competente que es Patrimonio Nacional o Casa Real". Gatell, también presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de la Comunidad de Madrid, ha recordado que esta propuesta data de "hace varios años" y que hasta el momento no se ha puesto en práctica.

2.800 habitaciones y 870 ventanas

Aunque el Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de los Reyes de España, sólo se utiliza para la celebración de ceremonias de Estado como cenas de gala, almuerzos, recepciones oficiales, entregas de premios, audiencias. La familia real optó en su día por vivir en el Palacio de la Zarzuela para preservar su intimidad. El último monarca que vivió en él fue Alfonso XIII.

En el lugar donde se alza el palacio, el emir cordobés Muhammad I construyó una edificación defensiva en el siglo IX. Tras su conquista por Alfonso VI dos siglos después, el primitivo castillo musulmán se transformó en un alcázar que fue ampliado sucesivamente hasta convertirse en sede de la corte con Felipe II. Pero el Alcázar sucumbió a un incendio en la Nochebuena de 1734 que duró tres días y Felipe V quiso alzar un nuevo palacio en el lugar como símbolo de la continuidad de la monarquía con la Casa de Borbón. El proyecto fue encargado a Juan Bautista Sachetti.

Las obras comenzaron el 6 de abril de 1738 y duraron 26 años. En el reinado de Fernando VI se terminó el edificio, pero los interiores aún se prolongaron y no pudo ser habitado hasta 1764 por Carlos III, su primer dueño. El majestuoso edificio tiene tres plantas y cuatro entreplantas, debajo y encima de cada una de las principales. Las fachadas miden 130 metros de lado por 33 de alto. Tiene 870 ventanas y 240 balcones que se abren a fachadas y patio. En total, el palacio posee 2.800 habitaciones. El palacio alberga importantes obras de arte, entre ellas la colección más importante del mundo de Stradivarius.