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Cientos de pasajeros atrapados en el aeropuerto de Santiago

Las placas de hielo obligan a cerrar la AP-9, pese a que Audasa defiende que atendió a los avisos de temporal y echó sal en la calzada

La nieve y el hielo, junto a una densa niebla, han provocado esta mañana un enorme caos en la autopista AP-9, especialmente en el tramo entre Santiago y A Coruña, y en los accesos desde ambas ciudades, donde miles de automovilistas han estado atrapados durante más de dos horas. Además, el aeropuerto compostelano de Lavacolla se ha cerrado al tráfico aéreo hasta las doce del mediodía debido a la nula visibilidad y a la falta de controladores. Cientos de pasajeros están atrapados en la terminal, en la que solo han aterrizado dos aviones a lo largo de la mañana y ninguno ha logrado despegar. Los afectados se quejan de la falta de información y las oficinas de atención a los usuarios están desbordadas. Algunos de los vuelos están siendo desviados a Vigo y Oporto, ya que la comunicación por carretera entre Santiago y A Coruña es casi imposible, tras el colapso de la autopista AP-9 que se ha producido a primera hora de la mañana.

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La AP-9 fue cortada sobre las 8.40 horas entre los kilómetros 16 y 68, lo que dejó inmovilizados a los vehículos que ya habían accedido o estaban tratando de tomar esa vía. Una portavoz de Audasa, concesionaria de la autopista, ha asegurado esta mañana que la empresa ha tomado las "medidas oportunas" para evitar la formación de las placas de hielo que han sembrado el caos en la AP-9, aunque reconoció que no podía precisar "ni cuánta sal" se ha vertido en la calzada "ni cuándo" se realizó esta operación.

Los interminables atascos se fueron sucediendo y se trasladaron a los accesos a A Coruña y Santiago. A causa del hielo se han producido varios accidentes en cadena, en Bergondo, Ordes y Santiago. En Milladoiro, muy cerca de la capital de Galicia, una de esas colisiones ha atrapado a unos 20 vehículos y una conductora resultó herida al ser golpeada por otro vehículo tras salir de pie a la calzada. La indignación entre los conductores fue en aumento ya que las retenciones se prolongaron durante más de dos horas. La mayoría se quejaba de falta de información por parte de la empresa Audasa, concesionaria de la autopista. La situación se normalizó a partir de las 10.30 horas, con la apertura progresiva, por tramos y carriles, de la autopista central de Galicia.

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