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El fiscal pide cinco años para dos hermanas por pagar a ETA

"Se nos acusa de ser colaboradoras y somos víctimas", dicen

Fue un momento de indignación y rabia contenida. Isabel Bruño, una de las dos hermanas acusadas de haber pagado voluntariamente a ETA 6.000 euros en concepto de impuesto revolucionario, ha señalado en el turno de última palabra del juicio celebrado contra ellas en la Audiencia Nacional: "Quiero manifestar lo injusto de esta situación. Se nos acusa de ser colaboradoras mientras somos víctimas de ETA".

Isabel Bruño, profesora de profesión, y su hermana Blanca, que gestiona la empresa Andrés Bruño e Hijos, tras la jubilación de su padre están acusadas de colaboración con banda terrorista, delito por el que el fiscal solicita cinco años de prisión y 27.000 euros de multa. Las empresarias recibieron en 2003 una carta de ETA en la que se les exigía una extorsión de 120.000 euros. Tras negociar el pago con la banda, el importe fue rebajado y, finalmente, según el fiscal, pagaron voluntariamente 6.000 euros.

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En el piso de Burdeos (Francia) donde fueron detenidos los dirigentes etarras Francisco Javier López Peña, Thierry, Ainhoa Ozaeta, Igor Suberbiola y Jon Salaberria fueron intervenidas numerosas cartas de ETA a diversos empresarios reclamando la extorsión, pero también otra de abril de 2008 en la que la organización agradecía a las hermanas la aportación de 6.000 euros, destacando su patriotismo y enviándoles un "cálido abrazo".

Las hermanas aseguraron ayer que la familia llevaba 30 años soportando las extorsiones de ETA con mucho miedo. Negaron que hubieran efectuado pago alguno a la banda, pero indicaron: "Cada vez que salías de casa mirabas debajo del coche para ver si había una bomba y no te atrevías a denunciar ni nada.

El fiscal Vicente González Mota ha mantenido su petición inicial de cinco años de cárcel y explicó que si las hermanas habían pagado para no tener que mirar debajo del coche, él les acusaba ahora para que nadie tenga que mirar debajo del coche por si hay una bomba financiada con el dinero que ellas pagaron.

Peritos de la Guardia Civil han indicado que del lenguaje utilizado en la carta de ETA se deducía que estas habían realizaron una aportación voluntaria a la banda. Empezó siendo un chantaje, pero luego fue voluntario.Precisaron que Isabel fue en las listas de Euskal Herritarrok y Blanca apoyo a la agrupación Aukera Guztiak, vinculadas a Batasuna.

Pero lo cierto es que no ha podido acreditarse que el pago se realizara más allá de la carta de ETA confirmando la recepción del dinero. Hubo una salida de fondos por importe de 7.000 euros que fue reintegrado a los dos días y otro que las hermanas justificaron con un pago por una partida de marisco adquirida por su padre.

Las empresarias María Isabel Bruño y Blanca Rosa Bruño han comparecido hoy en la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por la causa abierta en su contra por el presunto pago de 6.000 euros que realizaron a ETA en concepto de 'impuesto revolucionario'. En su declaración ante el juez María Isabel Bruño se ha derrumbado y no ha podido evitar las lágrimas al recordar el "sufrimiento" que han vivido durante los más de 30 años que han vivido la extorsión de la banda terrorista.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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