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Prisión para el conductor que mató a otro al conducir en sentido contrario y ebrio por la M-40

Cuadruplicaba la tasa de alcoholemia permitida y se durmió en la furgoneta de la Guardia Civil.- Otras tres personas resultaron heridas leves

La titular del Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid, en funciones de guardia de detenidos, acordó a última hora de ayer la prisión provisional comunicada y sin fianza de Gonzalo S. B. V., el conductor que fue detenido la pasada madrugada por conducir en sentido contrario por la M-40 y provocar, supuestamente, un accidente con un muerto y tres heridos leves, ha informado esta mañana el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Gonzalo S. B. V., que resultó ileso, se quedó dormido mientras la Guardia Civil tramitaba el atestado y cuadruplicaba la tasa de alcoholemia permitida, según informó ayer la Dirección General de Tráfico (DGT). No le le pudo interrogar hasta que despertó, a la una de la tarde.

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Sobre el detenido recae la supuesta comisión de un delito de homicidio por imprudencia con resultado de muerte -que puede acarrear penas de hasta cuatro años de cárcel- y otro contra la seguridad vial por circular en estado de embriaguez y en dirección contraria. Una vez puesto a disposición judicial, la magistrada se ha inhibido sobre el Juzgado de Instrucción número 33 de Madrid que instruye la causa y el órgano que practicó el levantamiento del cadáver.

El conductor, de 32 años, mató en la madrugada de ayer (3.50) a un taxista, Adolfo Olalla Moral, de 58 años, que se dirigía al trabajo. El accidente ocurrió cuando el primer vehículo circuló al menos cinco kilómetros por los carriles del sentido contrario de la M-40 y colisionó frontalmente con el turismo de la víctima. En el siniestro se vieron involucrados otros dos vehículos y resultaron heridas de carácter leve tres personas.

Las primeras investigaciones apuntan a que el conductor kamikaze entró a la altura de Villaverde por el anillo interior de la M-40 y comenzó a circular por los carriles del sentido contrario (en dirección a la autovía de Valencia). En su macabro recorrido pasó por el nudo supersur, que une la vía de circunvalación con la autovía de Andalucía (A-4), y por delante de Mercamadrid. Tras pasar el desvío hacia la calle de Embajadores encaró la recta hacia la autovía de Valencia (A-3) y la avenida de Albufera (Puente de Vallecas). Fue a la altura del kilómetro 17,300 cuando el Seat Ibiza gris conducido por Gonzalo S. B. V. colisionó frontolateralmente con el Renault 19 granate de Adolfo Olalla. Este circulaba correctamente por el carril izquierdo. La fuerza del choque hizo que el Renault quedara convertido en un amasijo de hierros.

Los bomberos tuvieron que rescatar a Olalla, que sufría múltiples golpes y lesiones, entre ellos una posible fractura de pelvis. Los facultativos del SAMUR le hallaron en parada cardiorrespiratoria e intentaron reanimarlo durante 30 minutos, pero al final solo pudieron certificar su muerte. En cambio, los airbags del vehículo de Gonzalo S. B. V. le salvaron de cualquier posible lesión.

En el choque también se vieron implicados otro turismo y una furgoneta, que iba por el carril central. Su conductor esquivó el accidente, pero dio alguna vuelta de campana y en su trayectoria golpeó al otro turismo. "Esto parecía una especie de infierno en el que nos caían cosas de todos los lados", explicaba uno de los afectados. Los heridos recibieron el alta en el lugar. Y los tres, que también iban a trabajar, continuaron su camino.

Algunos testigos comprobaron que el conductor kamikaze estaba tan ebrio que no se percató siquiera de la gravedad del accidente que acababa de ocasionar. Aseguran que bajó del vehículo dando tumbos por la borrachera. "Estaba tan perturbado por el alcohol ingerido que todo apunta a que se trata de una equivocación y no de una apuesta o algo similar. Tuvo que beber bastantes copas para llegar a ese grado de intoxicación", señalaron fuentes de la investigación, que calculaban que al menos bebió en las dos horas anteriores cinco o seis copas de whisky sin comer ningún alimento.

Agentes del destacamento de Leganés de la Guardia Civil instruyeron el atestado. Una de las primeras cosas que hicieron fue ponerle las esposas al conductor del Seat Ibiza y dirigirle a la furgoneta del instituto armado para someterle a la prueba de alcoholemia. Su intoxicación era tan alta que se quedó dormido mientras esperaba entre análisis y análisis. El resultado final arrojó una tasa de 1,11 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, lo que supone más de cuatro veces el límite legal (0,25 miligramos).

El conductor, residente en El Viso de San Juan (Toledo, 3.500 habitantes) y que carece de antecedentes policiales, fue trasladado a dependencias de la Guardia Civil. La víctima mortal era taxista desde hacía bastantes años, según explicaron algunos allegados. En el momento del accidente se dirigía a recoger el vehículo para empezar a trabajar. Residía en la localidad de Nuevo Baztán (6.600 habitantes, a 48 kilómetros de la capital). Estaba casado y tenía dos hijos.

El cuerpo de Olalla fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde ayer mismo se le practicó la autopsia. El cuerpo fue velado por la tarde en el tanatorio de la M-40, justo donde el kamikaze inició su recorrido en sentido contrario. Ha sido enterrado en la más estricta intimidad a las once de esta mañana en el cementerio de Parcesa, en Alcobendas.

Sanitarios del SAMUR atiendan al conductor fallecido en la M-40.
Sanitarios del SAMUR atiendan al conductor fallecido en la M-40.AYUNTAMIENTO DE MADRID

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