La Habana Vieja cambia día a día gracias a la apertura de múltiples negocios privados que han rehabilitado la vida de la ciudad y contribuyen a la restauración.
El bar restaurante Azúcar, abierto en noviembre en la Plaza Vieja, es uno de los lugares privados con encanto que han florecido en la Habana Vieja.Edu BayerTerraza del bar restaurante Azúcar en la Plaza Vieja.Edu BayerTaller de tatuaje La Marca, en la calle O'Reilly, que funciona también como centro de promoción de arte.Edu BayerAnaqueles de ropa en la tienda de diseño Clandestinas.Edu BayerUno de los tatuadores de La Marca trabaja con un cliente en el taller de la calle O'Reilly.Edu BayerExterior de la tienda Clandestinas en la popular calle Villegas de la Habana Vieja.Edu BayerUno de los nuevos bares abiertos en el casco histórico de la ciudad al calor de las reformas económicas de Raúl Castro.Edu BayerInterior del restaurante La Vitrola, decorado con motivos de los años 50, en la esquina de San Ignacio y Muralla en la Plaza Vieja.Edu Bayer
