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Prudente entusiasmo tras un año sin polio

Para que Nigeria sea retirada de la lista de países endémicos habrá que esperar semanas Y para que sea considerada libre de ella tendrán que pasar dos años más

José Naranjo
Campaña de vacunación contra la polio en Nigeria.
Campaña de vacunación contra la polio en Nigeria.Polio global eradication initiative

El 24 de julio de 2014, Issa Ahmadu, de sólo 15 meses, se despertó ardiendo de fiebre. Sus padres lo llevaron al centro de salud, donde pensaron que se trataba de malaria y lo mandaron de vuelta a casa. Sin embargo, unas horas más tarde, el pequeño estaba completamente paralizado. No era paludismo, sino el virus de la polio: su padre se había negado a la vacunación. Aunque tendrá secuelas para siempre en su mano derecha, Issa mejoró mucho y puede caminar y jugar sin problemas. Este fue el último caso registrado de esta enfermedad en toda Nigeria, en un pueblo llamado Rimi del norteño estado de Kano. De eso hace exactamente un año.

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Sin embargo, para que Nigeria sea retirada de la lista de países endémicos de polio aún habrá que esperar unas semanas, hasta finales de agosto o septiembre, momento en el que se habrán examinado todas las pruebas de casos sospechosos recogidas hasta el 24 de julio. Si finalmente dichas pruebas dan negativo sólo quedarán dos países en el mundo donde el virus de la polio sigue provocando casos, Afganistán y Pakistán. Y para que Nigeria sea considerada definitivamente libre de polio tendrán que pasar aún otros dos años, es decir, hasta julio de 2017 sin que haya nuevos brotes. En ese momento, se podrá asegurar con toda rotundidad que Nigeria y por tanto toda África es polio free.

Las autoridades y los diferentes organismos implicados en la vacunación a gran escala que se viene llevando a cabo en Nigeria en los últimos años viven estos días una suerte de comedido entusiasmo. Por un lado, son conscientes del hito que están a punto de alcanzar y, por otro, mantienen la prudencia hasta que no se lleven a cabo los últimos análisis. “Así que permítannos no sacar aún los tambores y los vasos de vino de palma en celebraciones prematuras”, dijo recientemente Oyewale Tomori, presidente de la Academia Nigeriana de Ciencias y del Comité de Expertos para la Erradicación e Inmunización contra la Polio en una entrevista concedida a The Guardian.

Incluso si la buena noticia se produce, la inmunización deberá seguir durante años

Otro aspecto a tener muy en cuenta es que durante el último año y medio, la vacunación en los estados del noreste de Nigeria ha sido muy deficiente debido a los problemas de seguridad ligados a los ataques y atentados de Boko Haram que, además, han provocado un enorme flujo de desplazados internos y refugiados hacia otros países, como Camerún, Níger o Chad. Los expertos de la OMS deberán evaluar este agujero en sus campañas de vacunación (que afecta a al menos la mitad de los niños de los estados de Borno y Yobe) a la hora de decidir si excluyen a Nigeria de la lista de países endémicos. Quieren asegurarse de no cometer ningún error.

Incluso si la buena noticia se produce, la inmunización deberá seguir durante años. El esfuerzo que el mundo ha hecho para acabar con esta enfermedad (si se consigue erradicar sería la segunda vez que algo así ocurre después de la viruela en 1979) ha sido enorme. Sólo en Nigeria se está vacunando a unos 57 millones de niños menores de cinco años al menos cuatro veces al año, para lo que es necesario movilizar a cientos de miles de voluntarios y personal cualificado. Al frente de todo está la Iniciativa para la Erradicación Mundial de la Polio, integrada por la OMS, el Club Rotary Internacional, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, UNICEF, USAID, la Fundación Bill y Melinda Gates y las autoridades nigerianas. Un trabajo titánico que está dando sus frutos.

Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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