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Cuba iza un centenar de banderas en La Habana para cegar los mensajes anticastristas de EE UU

La 'guerra de los carteles' enfrenta desde hace un mes a La Habana con Washington

La guerra de los carteles que enfrenta desde hace un mes a Cuba con Estados Unidos vivió ayer un nuevo episodio con el izado de más de un centenar de banderas negras frente a la sede de la Sección de Intereses de EE UU (SINA) en La Habana, que desde el comienzo de la crisis no ha cesado de utilizar unos gigantescos paneles instalados en su fachada para lanzar mensajes a favor de la libertad y en contra del régimen castrista. Las banderas buscan precisamente ocultar a los cubanos esos mensajes propagandísticos.

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Guerra de carteles en La Habana

El izado de las 138 banderas negras con una estrella blanca en el centro -una por cada año de lucha contra el "imperio", según los organizadores- se llevó a cabo en el malecón de La Habana con el despliegue de todo el ceremonial propio del Gobierno cubano. El acto estuvo presidido por Fidel Castro y en él participaron familiares de víctimas del "terrorismo estadounidense". La ceremonia dio paso a una vigilia de 24 horas en la que participan en silencio decenas de jóvenes, familiares de víctimas y miembros de la "sociedad socialista civil", en palabras de los medios oficiales cubanos. Castro, de 79 años, vestido con su tradicional uniforme verde olivo, siguió el acto en un escrupuloso silencio y, coincidiendo con el inicio de la vigilia, abandonó el recinto.

"La dignidad del pueblo cubano"

Lo cierto es que las banderas, levantadas sobre unos enormes mástiles, a pocos metros de la entrada principal de la sede norteamericana, obstaculizan parcialmente la visión de los mensajes políticos que se proyectan desde el quinto piso del edificio de la oficina estadounidense en La Habana. Pero en respuesta al desafío del Gobierno cubano, los funcionarios estadounidenses aprovecharon el inicio de la protesta para encender sus pantallas luminosas y emitir mensajes como este: "La única cosa que queremos provocar con nuestro cartelito es el libre flujo de ideas y voces".

Los participantes en la manifestación vestían camisetas negras y portaban grandes fotografías de los fallecidos en actos de terrorismo. Un total de 138 imágenes, entre ellas las de los 73 muertos en el atentado contra un avión de Cubana de Aviación en 1976. Cuba responsabiliza de ese atentado al anticastrista Luis Posada Carriles, ex agente de la CIA de origen cubano nacionalizado venezolano que se encuentra detenido en EE UU en espera de sentencia por entrada ilegal en el país. "Este es un acto de la verdad, la moral, un acto de la razón", ha proclamado un locutor de la televisión estatal local al comienzo de la ceremonia.

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"Estas banderas negras indican que sobre el luto se levanta la dignidad del pueblo cubano", ha señalado por su parte una locutora de un canal cubano. La ceremonia había sido convocada el lunes por medios oficiales como un homenaje a las víctimas del terrorismo "frente a la provocadora Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, puesto de mando de la contrarrevolución".

La Habana considera que la difusión de mensajes políticos desde la sede estadounidense es una "provocación" que persigue una ruptura de los escasos vínculos diplomáticos que mantienen ambos países desde 1977, cuando acordaron la apertura de Secciones de Intereses en las respectivas capitales.

Los diarios oficiales Granma y Juventud Rebelde han salido hoy a la calle en blanco y negro, en señal de luto, y los presentadores de la programación especial de televisión que da cobertura a la protesta desde su comienzo también lucen brazaletes negros. Granma titula en su portada "¡Viva la vida!, mientras que Juventud Rebelde muestra una enorme foto de las banderas con el título "Cadáveres armados...".

Cientos de cubanos pasaron la noche en vigilia bajo el bosque de banderas inaugurado ayer frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Cientos de cubanos pasaron la noche en vigilia bajo el bosque de banderas inaugurado ayer frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.EFE

Un nuevo frente de conflicto

A la guerra de los carteles se ha sumado en las últimas horas la polémica expulsión de una delegación de funcionarios cubanos de un hotel de la cadena estadounidense Sheraton en la capital mexicana. Los funcionarios cubanos participaban en México en una ronda de conversaciones con empresarios estadounidenses y fueron desalojados del hotel el viernes por orden de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE UU. El Departamento del Tesoro ordenó también congelar el dinero que habían pagado por su estancia en las instalaciones, en cumplimiento del bloqueo impuesto por Washington contra la isla hace más de cuatro décadas. El incidente fue calificado el lunes por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, como una "mezquindad" y un "desprecio" para el Gobierno de México. El canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, rechazó el lunes que pueda aplicarse en México la ley Helms-Burton de EE UU y adelantó que el hotel María Isabel Sheraton puede ser sancionado por expulsar a la delegación cubana. La ley Helms-Burton entró en vigor en 1996 y endureció el embargo económico contra Cuba impuesto por EEUU desde 1961.

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