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EE UU asegurá que seguirá apoyando a Pakistán en la lucha contra el terror

La comunidad internacional espera que el orden siga reinando en el país pese a la salida de Musharraf

George W. Bush, EE UU

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha asegurado que Washington seguirá apoyando a Pakistán pese a la renuncia de Musharraf, aliado clave en la lucha contra Al Qaeda y otros grupos extremistas. "El presidente Bush está comprometido con un Pakistán fuerte que continúe con sus esfuerzos para fortalecer la democracia y luchar contra el terror", ha dicho el portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe. "[Bush] Quiere trabajar con el Gobierno paquistaní en los retos económicos, políticos y de seguridad que enfrente".

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Ministerio de Exteriores de Rusia

Rusia espera que la dimisión de Musharraf no aboque a ese país a una nueva crisis de “inestabilidad política interna” y que "la situación no se salga del terreno constitucional y se mantenga en el marco de la ley y el orden". En un comunicado del Ministerio de Exteriores, Moscú confía en que, pese a lo ocurrido, se mantenga la tendencia "positiva" en las relaciones entre Moscú e Islamabad.

Comisión Europea

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El órgano de Gobierno de la UE no ha querido pronunciarse sobre la renuncia de Musharraf, estimando que se trata “esencialmente de un asunto de política interna”, según ha dicho el portavoz del Ejecutivo comunitario, Martin Seylmar.

David Miliband, Reino Unido

El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, ha apelado a promover en Pakistán un proceso de "refomas exhaustivas", aunque ha defendido que las relaciones de Reino Unido con Pakistán "no dependen de un solo individuo". Tras la salida de Musharraf, Miliband cree que es "esencial profundizar" en la cooperación en materias como la seguridad y la lucha contra el terrorismo, aunque reconoce que Pakistán afronta ahora un "período crítico". No obstante, dice que la ex colonia es "un amigo vital" de Reino Unido y, en consecuencia, "esencial para la seguridad británica", por los lazos personales que unen a cerca de un millón de británicos con Pakistán". De Musharraf ha destacado sus logros económicos y su "compromiso" para "afrontar el terrorismo, promover el diálogo con India y acabar con la corrupción". "Reino Unido continuará fuertemente comprometido en su sociedad con los pakistaníes, especialmente a través de nuestro programa humanitario", ha concluido.

Ministerio de Exteriores de Francia

Francia llama a todas las fuerzas políticas de Pakistán para que se respete "el marco constitucional y el Estado de derecho" tras la dimisión de Musharraf. "Hemos tomado nota" de la decisión del presidente Musharraf de dimitir, ha dicho el portavoz adjunto del Ministerio francés de Exteriores, expresando el deseo de París de que el próximo presidente y el Gobierno de Pakistán puedan "trabajar en un clima constructivo y en el respeto de las instituciones" para afrontar los numerosos desafíos que afronta el país. Confía París en que se pueda "garantizar la estabilidad y la democracia en ese gran país socio y permitirle asumir en las mejores condiciones sus responsabilidades regionales e internacionales".

Ministerio de Exteriores de Afganistán

El Gobierno afgano ha expresado su deseo de que la dimisión del presidente paquistaní tenga "efectos positivos en el fortalecimiento de la democracia y el Gobierno civil de Pakistán". Kabul se declara “a favor de un Pakistán estable y democrático, basado en el Estado de Derecho". "El pueblo paquistaní está a favor de la paz y la estabilidad en su país y de luchar contra el terrorismo, y esperamos que el Gobierno civil sea capaz de satisfacer los deseos de su pueblo", ha dicho un portavoz del departamento de Exteriores.

India

Oficialmente, India ha declinado comentar la renuncia del líder paquistaní, considerándolo un “asunto interno”, aunque el ministro de Exteriores, Pranab Mukherjee ha dicho que ambos países seguirán “manteniendo relaciones amistosas”. No obstante, según ha declarado un portavoz del Ministerio de Exteriores, el Gobierno de Nueva Delhi teme que la dimisión de Musharraf traiga consigo un deterioro de las relaciones entre ambos países, unas relaciones ya castigadas por la disputa por la región fronteriza de Cachemira. El temor es que un presidente civil no tenga la fuerza que tenía Musharraf, general hasta hace poco, sobre el ejército y los servicios de inteligencia, a los que Delhi acusa de ataques sobre su territorio. “Está por ver cómo maneja el vacío de poder un Gobierno civil, cuánto control pueden ejercer sobre los elementos radicales”, ha dicho el portavoz. En los últimos meses, se ha producido un deterioro de la situación fronteriza, mientras que Musharraf ha mantenido buenas relaciones con Delhi.

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