_
_
_
_
_

Putin hace campaña por los gasoductos alternativos a Ucrania

El Parlamento de Kiev debate hoy el acuerdo que permite a la flota rusa del mar Negro seguir en Crimea hasta 2014

El jefe del Gobierno de Rusia, Vladímir Putin, desconfía de Ucrania como país de tránsito para la exportación del gas ruso a Europa, pese a los acuerdos que los presidentes de los dos países Dmitri Medvédev y Víctor Yanukóvich firmaron la semana pasada en Járkov.

Fuera por desconfianza o para presionar a Kiev, Putin se dedicó a promocionar los dos gasoductos alternativos a la red de gasoductos de Ucrania en vísperas de una importante sesión de la Rada Suprema (el parlamento de ese país) que debe ratificar hoy el tratado que prolonga la permanencia de la flota rusa del Mar Negro en Crimen hasta 2042.

Simultáneamente en Moscú, la Duma Estatal (el parlamento ruso) debe ratificar también este documento, que es parte del trato anunciado por sorpresa por Medvédev y Yanukóvich el 21 de abril. A cambio de prolongar la presencia de la flota 25 años a partir de 2017, Gazprom concede un descuento del 30% en el precio del gas a Kiev durante 10 años. El monopolio ruso no pierde nada con la rebaja, ya que ésta le será compensada a cargo del presupuesto del Estado.

Más información
Moscú y Kiev pactan la permanencia de la flota rusa en Crimea hasta 2042
Yanukóvich relanza las relaciones entre Rusia y Ucrania

En un viaje relámpago anoche a Kiev, Putin ofreció al presidente Yanukóvich una amplia cooperación en el sector energético nuclear (construcción de maquinaria, centrales y generación de energía) y el acceso de la energía atómica ucraniana al mercado ruso. Antes, el sábado en Austria y ayer en Italia, Putin hizo campaña por la "corriente del Norte" (entre Rusia y Alemania por el fondo del Báltico) y por la "corriente del Sur (entre Rusia y la UE por el fondo del mar Negro vía Bulgaria).

El tratado para prolongar el estacionamiento de la flota rusa en Sebastópol ha dividido a Ucrania. La oposición ha convocado manifestaciones para hoy junto al parlamento y la sede del Gobierno en Kiev. En otras localidades del Estado se han convocado protestas contra un acuerdo que muchos consideran anticonstitucional. El ex presidente Víctor Yúshenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko, superaron temporalmente sus rencillas y se reunieron ayer para coordinar acciones en contra de la ratificación. La argumentación sobre la constitucionalidad del acuerdo ha corrido a cargo del vicejefe de la administración presidencial, Andréi Portnov, que en febrero fue el abogado encargado por Yulia Timoshenko de alegar que las elecciones presidenciales habían sido falsificadas a favor de Yanukóvich.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Una encuesta del centro RSB indica que un 61,3% de los ucranianos están a favor de que la flota rusa permanezca en Sebastópol después de 2017, cuando expira el plazo actual de estacionamiento. Pero el acuerdo de Jarkóv, denominado "el pacto Medvédev-Yanukóvich" por sus detractores, es también una cuestión cualitativa para el Estado ucraniano. Una parte de la clase política teme la perpetuación de ambigüedades y la posible limitación de hecho de la soberanía nacional en Crimen, donde hay una mayoría poblacional rusa y la flota rusa da trabajo a miles de personas.

En Italia, Putin dijo ayer que "no hay que demorarse con los grandes proyectos de infraestructura que incrementan la seguridad energética en Europa", dado el "alboroto político" sobre los acuerdos firmados con Ucrania y las amenazas de la oposición en Kiev de rescindirlos, si llegan al poder.

La corriente del Norte comenzará a funcionar en 2011 con una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos anuales. El jefe del Gobierno ruso dijo que este volumen podía incrementarse y añadió: "Espero que esto no será necesario si realizamos a tiempo la corriente del Sur

La corriente del Sur, que tendrá una capacidad de 63.000 millones de metros cúbicos anuales y costará 8.600 millones de euros, debe comenzar a operar en 2015. Este gasoducto, en cuya construcción están asociados el monopolio ruso Gazprom y la italiana ENI, compite no solo con los gasoductos ucranianos sino también con el gasoducto Nabucco, un proyecto para llevar combustible del Caspio a Europa que es apoyado por la UE.

El sábado en Viena, Austria se incorporó a la corriente del Sur y Putin criticó Nabucco. Antes de construir algo, dijo, primero hay que conseguir contratos de aprovisionamiento. La prisa rusa por aumentar la capacidad de exportación de gas contrasta con las demoras en el comienzo de la explotación de nuevos yacimientos, tales como Stockman, en el Ártico.

El jefe del Gobierno de Italia, Silvio Berlusconi, que acompañaba ayer a su colega ruso, afirmó que la corriente del Sur es "la garantía de que países como Bulgaria, Rumania, Italia no se quedarán sin gas" como ha ocurrido en el pasado debido al conflicto con Ucrania. Italia importa el 30% del gas que consume de Rusia y Austria, el 60%. Putin subrayó que él y Medvédev actúan "exclusivamente guiándose por los intereses del país y del pueblo ruso". En respuesta a una periodista que se refirió a las "uniones matrimoniales políticas" con éxito, como la de Putin con Medvédev, el jefe del Gobierno ruso dijo que tanto él como el presidente son amigos desde hace muchos años y tienen una "orientación tradicional", por lo que calificó de "algo exagerado" el símil de la periodista.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_