_
_
_
_
_

El piloto argentino Poch niega haber participado en 'los vuelos de la muerte'

El ex teniente de fragata está acusado de 950 violaciones a los derechos humanos

Alejandro Rebossio

El piloto de la Armada argentina Julio Alberto Poch, que presuntamente relató a sus compañeros de trabajo en una aerolínea holandesa su participación en los vuelos de la muerte de la última dictadura militar de su país (1976-1983), fue extraditado por España el pasado miércoles, arribó a Buenos Aires el jueves y el viernes negó ante un juez federal lo que había dicho a sus colegas. Poch está acusado de haber cometido 950 violaciones a los derechos humanos, como secuestros, torturas y homicidios, en el marco del terrorismo de Estado que asolaba a Argentina.

Fuentes judiciales calculan que Poch, de 57 años, puede llegar a pasar en prisión por lo menos 15, pero nadie sabe cuándo podrá ser condenado. Sólo se especula con que a fin de año el juez eleve la causa a un juicio oral y público.

Más información
El piloto de los 'vuelos de la muerte' detenido en España acepta ser extraditado a Argentina
Argentina juzga a sus torturadores
Un criminal en la cabina del avión

Poch fue interrogado el viernes por su presunta participación entre 1976 y 1980 en los vuelos en los que la Marina acababa con los detenidos desaparecidos durante el régimen. Después de mantenerlos en cautiverio en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), donde se les torturaba para obtener información de las guerrillas o de cualquier otro movimiento opositor, se les subía a aviones militares y se les arrojaba drogados al Río de la Plata o al mar abierto. Alrededor de 5.000 personas pasaron por la ESMA, uno de los mayores centros clandestinos de detención del régimen.

Poch, que se retiró de la Marina en 1981, se fue a vivir a Holanda hace alrededor de 20 años. Allí consiguió la nacionalidad holandesa y trabajaba como piloto de la línea aérea Transavia. En una cena regada con vino en Bali, Indonesia, en 2006, varios compañeros de trabajo de Poch opinaron que la dictadura había sido un "régimen criminal". En Holanda, los crímenes de lesa humanidad de Argentina han sido asunto de debate público cuando se prohibió al padre de la princesa Máxima, ex secretario de Agricultura de la dictadura, asistir a la boda de su hija con el príncipe heredero, Guillermo. En aquella noche indonesia, el piloto argentino se confesó. "Poch dijo que teníamos una imagen errónea de la época, que hubo una guerra y en la guerra muere gente", atestiguó tiempo después el piloto Tim Weert. El ex militar argentino les habló de "cuando a bordo de su avión se echaba fuera de borda a personas con vida con el fin de ejecutarlas", las calificó de "terroristas de izquierda" y aseguró: "No hay problema, estaban drogados". Weert y sus compañeros informaron de la confesión a su jefe, Geert Geroen Engelkes, que compareció ante la policía de Holanda para denunciar a Poch. "Era mi obligación como persona y ciudadano del mundo", declaró Engelkes.

En 2007, un fiscal holandés voló a Argentina, donde comenzó la pesquisa. El juez argentino Sergio Torres viajó después a Holanda para recoger los testimonios. A Poch se le investiga por arrojar presuntamente al mar a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, que acompañaban a las primeras Madres de Plaza de Mayo en busca de sus hijos; y al periodista Rodolfo Walsh, entre otros crímenes de la ESMA que en la actualidad están siendo juzgados en un megajuicio contra otros 19 represores.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El 22 de septiembre de 2009, después de que Poch aterrizara un vuelo de Transavia en Valencia, la Policía Nacional le detuvo. En abril, el Consejo de Ministros autorizó su extradición a Argentina con la condición de que no fuera castigado a prisión perpetua, condena que España no permite.

Otro de los responsables de los vuelos de la muerte, Adolfo Scilingo, cumple en España una pena de 1.084 años. En Argentina también hay un piloto detenido y procesado por estos vuelos: Emir Sisul Hess.

El pasado jueves, cuando el ex teniente llegó a Buenos Aires, el juez Torres le explicó los motivos de su extradición y el piloto pernoctó en la cárcel común de Marcos Paz, donde está arrestada la mayoría de los 1.184 imputados por los crímenes de la dictadura.

El vienres, ante Torres y el fiscal Eduardo Taiano, Poch relató su carrera militar, en la que llegó a teniente de fragata, negó su participación en los vuelos de la muerte e intentó explicar que sus ex compañeros holandeses lo malinterpretaron aquella noche en Bali.

Julio Alberto Poch, acompañado por agentes de la policía, tras su llegada a Buenos Aires, el jueves.
Julio Alberto Poch, acompañado por agentes de la policía, tras su llegada a Buenos Aires, el jueves.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_