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El expresidente iraní Rafsanyani pierde su puesto como jefe de la Asamblea de Expertos

Su caída se produce después de que haya sido criticado por sus opiniones cercanas a la oposición reformista

El expresidente iraní Ali Akbar Hachemí Rafsanyaní ha perdido hoy la Presidencia de la Asamblea de Expertos, el órgano encargado de elegir al líder supremo y supervisar su desempeño. La elección para sustituirle del ayatolá Mohamed Reza Mahdaví Kaní supone otro triunfo de los halcones del régimen que, desde la controvertida reelección de Mahmud Ahmadineyad en las presidenciales de 2009, intentan eliminar cualquier voz disidente.

Los partidarios de Ahmadineyad han hecho una gran presión en las últimas semanas para desalojar a Rafsanyaní de la presidencia de la Asamblea. Su empeño recibió un impulso decisivo el pasado viernes cuando el líder supremo, Ali Jameneí, dijo ver con buenos ojos la existencia de un segundo candidato. Hasta entonces, Mahdaví Kaní, un influyente religioso conservador de 80 años que fue primer ministro tras la revolución islámica, había mantenido la incógnita sobre sus intenciones.

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Rafsanyaní, que presidia la Asamblea desde 2007, ha dejado claro al abrir la sesión de este martes que no tenía intención de profundizar las divisiones del régimen. "Considero que la división de la Asamblea es perjudicial (...) Dije con anterioridad que si [Mahdavi Kani] se presentaba al cargo, me retiraría para evitar cualquier fricción", ha manifestado el veterano político citado por la agencia Isna. Sin oponente, el único candidato ha obtenido el voto de 63 de los 86 miembros.

Aunque el cambio no tiene un impacto político inmediato, los observadores estiman que constituye un revés para los esfuerzos de Rafsanyaní por hacer de puente entre ultraconservadores y reformistas. Todavía mantiene no obstante la presidencia del Consejo de Discernimiento, que resuelve las desavenencias entre el Gobierno y el Parlamento; pero se trata de un cargo designado por el líder supremo.

Rafsanyaní, de 77 años, ha ocupado los más altos cargos del régimen islámico. Fue presidente del Parlamento y jefe de las Fuerzas Armadas durante el difícil periodo de la guerra contra Irak (1980-1988) y presidente del Gobierno durante la reconstrucción (1989-1997). Pero incluso después de dejar ese cargo siguió siendo una figura enormemente influyente.

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Su peso político empezó a declinar desde que perdió las elecciones presidenciales de 2005 frente a Ahmadineyad. La rivalidad entre ambos se acrecentó cuando Rafsanyaní criticó la represión contra los opositores durante el verano de 2009. Desde hace meses estaba siendo objetivo de una ofensiva de desprestigio de los ultraconservadores, que le responsabilizan de simpatizar con los "sediciosos", como el régimen se refiere a los reformistas.

Tanto él como su familia han sido acusados de corrupción y de enriquecimiento ilícito. Su hijo mayor, Mohsen, dimitió como responsable de la compañía del metro de Teherán por falta de apoyo financiero del Gobierno. Su hija Faezeh, una exdiputada y defensora de los derechos de la mujer, fue brevemente detenida el pasado 14 de febrero durante una manifestación prohibida. El menor, Mahdi, corre el riesgo de ser encarcelado si regresa a Irán bajo el cargo fomentar los desórdenes poselectorales.

Las declaraciones de algunos ultraconservadores solo ratifican las sospechas de que su salida de la Asamblea es fruto de una batalla política. El diputado Mahmud Ahmadi Biqash ha dicho que Rafsanyaní ha pagado un precio por no condenar a los dirigentes opositores que han cuestionado el régimen islámico.

Por otra parte, varios residentes en Teherán han constatado durante el día un aumento de la presencia policial en varias calles del centro de la capital. El despliegue pretendía desanimar las manifestaciones convocadas por la oposición para marcar el Día Internacional de la Mujer.

El expresidente de Irán, Alí Akbar Rafsanyani (derecha), habla con un oficial iraní durante la sesión de la Asamblea de Expertos.
El expresidente de Irán, Alí Akbar Rafsanyani (derecha), habla con un oficial iraní durante la sesión de la Asamblea de Expertos.ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)

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