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Rusia exhibe una activa política pronuclear pese a la catástrofe de Japón

Dmitri Medvédev defiende la construcción de la primera central atómica de Turquía

Mientras la catástrofe nuclear en Japón se agrava, Rusia promueve su negocio de construcción de centrales nucleares. En dos días consecutivos, los máximos dirigentes del Estado han reiterado su confianza en la energía atómica con dos proyectos pioneros. El miércoles el presidente Dmitri Medvédev reafirmó sus planes para edificar la primera central nuclear de Turquía. La víspera, el jefe del Gobierno, Vladímir Putin, llegó a un acuerdo con el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, para construir la primera central nuclear en ese país que aún sufre las consecuencias del accidente de Chernóbil, ocurrido en 1986. El coste de los proyectos será de miles de millones de dólares.

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En compañía del primer ministro turco, Tayyip Erdogán, que visita Moscú al frente de una amplia delegación, Medvédev dijo que el proyecto para construir una central en Akkuyu, al sur de Turquía "es diferente de las centrales en Japón, tanto en lo que se refiere a edad como a nivel de protección". El presidente aclaró no obstante que "incluso después de lo que ha pasado en Japón no habrá una revisión radical de las medidas de seguridad porque ya son suficientes". Agregó que será un "buen proyecto" y "muy interesante desde el punto de vista económico".

En mayo 2010, Moscú y Ankara firmaron un acuerdo valorado en 20.000 millones de dólares a tenor del cual Rosatom (el organismo ruso responsable de la energía atómica) comenzará a construir en 2013 una central nuclear en el sur de Turquía. La instalación tendrá cuatro reactores de 1200 megawatios cada uno y comenzará a producir electricidad en 2018. Rusia se hará cargo de la explotación de la central durante 60 años. Según Erdogán, "será un ejemplo para el resto del mundo" y podrá resistir "un terremoto de 8 a 9 grados".

"Todos formulan una sencilla pregunta: ¿puede la energía atómica ser segura?", inquirió Medvédev retóricamente. "La respuesta es evidente. Puede ser y es segura, pero para ello es necesario tomar las decisiones correctas sobre el emplazamiento adecuado, el diseño y el operador", sentenció. Turquía está en una zona donde existen peligros de terremoto y, según Reuters, la planta se encuentra a 25 kilómetros de una falla sísmica activa.

La energía fue tema central de la visita oficial de Erdogán a Moscú. Los turcos no consiguieron que Gazprom les rebaje el precio del gas, en vista del descenso de la demanda, y Rusia, contrariamente a lo esperado, no obtuvo el visto bueno a la corriente del Sur, un proyecto de gasoducto por el fondo del mar Negro para transportar gas ruso a Europa. Sobre el telón de fondo de la catástrofe japonesa y los problemas en el norte de África, los representantes del Kremlin han insistido en la conveniencia de incrementar las vías de aprovisionamiento energético desde su país.

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