_
_
_
_
_

Las municipales examinan al Gobierno y a la oposición en Italia

Trece millones de electores renuevan entre hoy y mañana 1.274 alcaldías y once provincias

Trece millones de italianos están convocados hoy y mañana a las urnas para renovar las alcaldías de 1.274 municipios, y elegir a los presidentes de once provincias. La afluencia a los colegios electorales a las siete de la tarde ha superado en dos puntos la registrada en las municipales de 2006. El 39,7% de los censados había votado a esa hora, frente al 37% que lo hizo en ese mismo horario hace cinco años. Menor ha sido la participación en las provinciales: 29,6% frente al 28,2% de 2006. El voto continúa durante toda la jornada de hoy, hasta las diez, y mañana entre las siete de la mañana y las tres de la tarde. Los resultados se conocerán el lunes hacia las 22.30, ha dicho el ministerio del Interior.

Más información
La oposición de centroderecha a Berlusconi se moviliza en una nueva formación
Tránsfugas y rebeldes salvan a Berlusconi

Aunque solo afectan a una quinta parte de los 60 millones de habitantes del país, los comicios aparecen como un importante examen político. Tanto el Gobierno, que arrastra los problemas judiciales de Silvio Berlusconi y que en diciembre pasado sobrevivió a una moción de censura tras la escisión del grupo liderado por Gianfranco Fini, como la oposición necesitan por razones distintas sentir el apoyo directo de sus bases electorales.

En los últimos meses, los sondeos han mostrado el creciente hastío de la ciudadanía hacia una clase política que aparece cada vez más distanciada de las necesidades y problemas de los electores. Con su popularidad en mínimos históricos, Berlusconi se ha empleado a fondo en la campaña y ha tratado de convertir la cita, la más importante antes de que acabe la legislatura en 2013, en un referéndum personalista, poniendo en primer plano sus procesos y el clima de guerra abierta que mantiene con los fiscales de Milán, a los que acusa de querer subvertir el voto popular y de perseguirle por razones meramente políticas.

Para el centro izquierda, que ha perdido una tras otra las últimas cuatro citas electorales, la nueva prueba de fuego medirá el alcance de las fracturas del Partido Democrático, azotado por continuas querellas internas y que ha convertido estos tres años de oposición a Berlusconi en una deprimida travesía del desierto, marcada por la indolencia de sus dirigentes y la frustración de sus votantes.

El PD ha gobernado las ciudades de Nápoles, Turín y Bolonia los últimos años, y los sondeos pronostican que perderá casi con toda probabilidad la capital del sur, aunque debería mantener Turín y Bolonia, o al menos forzar una segunda vuelta. Las ciudades donde los candidatos ganadores no alcancen el 50% más uno de los votos en el primer turno deberán decidir el desempate entre los dos más votados el último fin de semana de junio.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En casi todo el territorio nacional el PD se presenta en alianza con Izquierda, Ecología y Libertad (SEL), el partido de Nichi Vendola, y con Italia de los Valores, el grupo que lidera Antonio di Pietro. En ese sentido, el voto servirá también como banco de pruebas para una oposición más volcada hacia la izquierda que otras veces.

Milán, la capital financiera y feudo del centro derecha desde hace 18 años, es sin duda la pieza clave de las elecciones. Berlusconi es el cabeza de lista de la alianza del PDL y la Liga Norte, pero la alcaldesa Letizia Moratti no las tiene esta vez todas consigo ante Gianluca Pisapia, el candidato vendoliano que ganó por sorpresa las primarias del PD. Si Pisapia fuerza una segunda vuelta o arrebata la victoria a la derecha, la Liga del Norte podría bien aumentar su presión sobre Berlusconi o bien dejarle de lado, lo que pondría en grave riesgo la estabilidad del Gobierno. Los sondeos coinciden en pronosticar que Moratti no ganará en la primera vuelta.

Los comicios suponen también el debut electoral de Futuro y Libertad, el grupo del purgado Gianfranco Fini, y del Tercer Polo, su alianza de centro con los democristianos de la UDC de Pierferdinando Casini y con el pequeño partido de Francesco Rutelli, ex dirigente católico del PD.

Fini y Casini, los dos viejos aliados de Berlusconi, buscan un lugar bajo el sol lejos del magnate que ha marcado la política nacional en los últimos 20 años, y que les convirtió, en distintas etapas, en presidentes de la Cámara de Diputados. Si arañan votos al PDL y hay segundas vueltas, su apoyo será decisivo en las grandes ciudades.

Otro factor emergente es el movimiento Cinco Estrellas, fundado y promovido, sobre todo a través de Internet, por el cómico genovés Beppe Grillo. Sus jóvenes candidatos, muchos de ellos simples estudiantes universitarios como el candidato milanés Mattia Calise, de 20 años, han hecho la campaña en caravanas, proclamando su limpieza y honestidad y "la muerte" de los políticos profesionales.

En Bolonia, los Cinco Estrellas explotaron en las regionales del año pasado con un 8% de los votos, y ahora que el ayuntamiento ha estado 16 meses sin dueño por la dimisión del alcalde del PD, podrían ser cruciales en decidir la partida entre Virginio Merola, un candidato promovido por las primarias del centro izquierda, y el joven abogado de la Liga Norte Manes Bernardini, ariete del asalto del Carroccio a la ciudad roja por antonomasia.

En Turín, parece favorito el candidato del PD, Piero Fassino, un veterano dirigente de la izquierda, aunque luchará contra un joven y agresivo talento político de la derecha local, Michele Coppola.

En Nápoles, con once aspirantes en las listas, parte como claro ganador el empresario Gianni Lettiere, ex líder de la Patronal local. Tras 16 años de gobierno del centro izquierda, Berlusconi, que domina ya la región y la provincia, ha echado el resto para recuperar un ayuntamiento lleno de deudas y problemas (sobre todos uno, la basura) que es además el mayor empleador del sur de Italia y por tanto una poderosa máquina clientelista. Un PD muy dividido tratará de recuperarse del escándalo de las primarias (hubo compra de votos de casi todos los aspirantes) con el prefecto Mario Morcone, aunque la sopresa podría ser el ex juez Luigi de Magistris.

Un dato resume el carácter eminentemente machista de la política italiana: el número de candidatos masculinos es de 3.976, frente a 557 mujeres. El 86% de hombres frente al 14% de mujeres. La media baja en Campania: el 93% contra el 7%. En 800 municipios del país, no hay ninguna mujer candidata a alcalde. Entre ellas, Nápoles, Trieste, Reggio Calabria, Brindisi o Prato.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_