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Cuenta atrás para el acelerador de partículas LHC

La expectación mediática y científica es absoluta.- Los responsables del CERN esperan resolver los misterios del Universo

Todo está listo en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) para que arranque mañana el acelerador de partículas LHC. Se trata de la máquina más potente jamás construida por los físicos y con la que se espera desentrañar los misterios del Universo. Cerca de 20 años se han necesitado para alcanzar este momento, cuando el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) está ya preparado para recibir el primer haz de millones de partículas. La inauguración oficial tendrá lugar el 21 de octubre, con la asistencia de varios jefes de Estado.

Construido en un gigantesco túnel circular de 27 kilómetros de largo, situado bajo la frontera suizo-francesa a una profundidad de entre 50 y 120 metros, el LHC ha ido sufriendo un largo y complejo proceso. "Primero hemos necesitado construir la máquina en el túnel, lo que empezamos a hacer hace muchos años, y luego tuvimos que aprender a enfriarla. Son casi 28 kilómetros de acelerador que ha habido que enfriar a 271 grados bajo cero", afirma el ingeniero español Antonio Vergara Fernández, experto del CERN. Ese proceso para verificar que la máquina está lista para recibir los protones "ha durado cerca de dos años", agregó Vergara. El siguiente paso consistió en preparar el haz de protones para que entren en el acelerador y, posteriormente, se produzcan las colisiones con haces que circulen en sentido contrario por el túnel.

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"Habrá defectos que corregiremos"

A partir de mañana comenzará a circular el haz de protones en el acelerador, y para lograrlo el LHC cuenta con una cadena de inyectores, aceleradores más pequeños por el que, uno tras otro, van pasando estos protones hasta que llegan al LHC. El objetivo fijado para esta primera jornada es lograr que los protones den la vuelta a todo el anillo gigante.

Los haces serán inyectados en el LHC tras haber alcanzado una energía de 0,45 TeV (taraelectrovoltios). En las semanas y meses siguientes se irán acelerando los protones hasta conseguir los 5 TeV, la energía que se quiere lograr este año. Sólo entonces podrán producirse las colisiones de partículas, entre haces de protones que circularán, unos en sentido de las agujas del reloj y otros en el sentido contrario. Para observarlas en el circuito que constituye el LHC se han instalado seis detectores.

"Al principio no lo vamos a lograr, es un proceso muy complejo. Son 28 kilómetros y habrá defectos que corregiremos por el camino. Haremos un primer disparo, los protones entrarán, pero se perderán, y lograremos ver dónde y cómo se han perdido y haremos las modificaciones necesarias desde el control central, para volver a intentarlo", afirma el experto español.

Expectación mediática

Debido a la complejidad del proceso, el CERN no conoce aún cómo evolucionará la jornada del día 10. La expectación es enorme. Cientos de medios de comunicación se han acreditado para cubrir el evento, desde las 9.30 hora local (07.30 GMT), cuando se lanzará el primer haz de millones de protones. Tras esta primera prueba del día 10, se sabrá si el mayor acelerador de partículas del mundo funciona, y si lo hace correctamente. Pero los primeros choques de protones no se producirán hasta pasados al menos unos meses, y será entonces cuando se inicie la obtención de datos.

Uno de los grandes objetivos del LHC es descubrir el hipotético bosón de Higgs, llamado por algunos "la partícula de Dios" y que sería la número 25, tras las 24 ya constatadas. La existencia de esa nueva partícula permitiría explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre ellas. Si el bosón de Higgs existe, podría detectarse tras la colisión de partículas en el LHC.

El LHC en el túnel circular de más de 27 kilómetros situado bajo la frontera suizo-francesa.
El LHC en el túnel circular de más de 27 kilómetros situado bajo la frontera suizo-francesa.EFE
Vista del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés).
Vista del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés).EFE

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