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Alemania se plantea indemnizar a las víctimas de abusos prescritos

El Gobierno de Merkel planea que estas reciban desde que cumplan 21 años entre 1.500 y 50.000 euros

11.400 llamadas y 2.100 cartas de víctimas de abusos en un solo año. Con esta base, la comisionada independiente Christine Bergmann propone que todas las víctimas de abusos a menores perciban ayudas para las terapias e indemnizaciones por el daño sufrido, incluso en los casos en los que el delito ya haya prescrito. Bergmann, socialdemócrata y exministra federal de Familia, recoge estas recomendaciones en su informe sobre abusos a menores en Alemania.

Plantea que las instituciones en cuyo marco se cometieran los delitos indemnicen a las víctimas. El monto se fijaría dentro de una horquilla de entre 1.500 y 50.000 euros y se orientaría con las indemnizaciones que se fijan para delitos no prescritos. Un tribunal de arbitrio, en el que han de participar expertos "y también personas afectadas" dictaminaría si la denuncia está fundamentada o no. El pago sería voluntario. En el caso de abusos cometidos en el seno familiar, el Estado se encargaría de indemnizar a la víctima.

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El Gobierno alemán planea que las consecuencias civiles de estos delitos no prescriban antes de 30 años. Hoy prescriben a los 3 años. Bergmann pide, además, que no se empiece a contar desde la comisión del delito, sino desde el día en que la víctima cumpla 21 años. Para las consecuencias penales, la Comisionada propone que el plazo de prescripción también empiece a los 21 años. Actualmente comienza a los 18 años de la víctima y termina, según la gravedad, entre los 5 y los 30 años más tarde. Se trata de dar tiempo para que las víctimas denuncien los abusos.

La Comisión comenzó a trabajar el año pasado a consecuencia de la cadena de escándalos destapados desde enero de 2010 en Alemania. El goteo de revelaciones salpicó primero a la Iglesia católica, cuando se conocieron los abusos en el colegio berlinés Canisius, regido por los Jesuitas. Otras víctimas se animaron a denunciar hechos parecidos. El escándalo llegó hasta los niños cantores de la catedral de Ratisbona. Unos meses después, en marzo de 2010, salieron a la luz diversos abusos cometidos en el internado laico de Odenwald. La ola de revelaciones llevó al jefe de la jerarquía católica alemana, Robert Zollitsch, a reconocer "errores". El obispo de Augsburgo Walter Mixa dimitió en abril por las acusaciones de malos tratos a niños de un orfanato católico. En junio, el papa Benedicto XVI pidió perdón a las víctimas de los abusos en el seno de la iglesia. Los jesuitas alemanes ofrecieron este año 5.000 euros a unas 200 víctimas.

En conjunto, quedaron en evidencia graves faltas en los sistemas de prevención y asistencia para las víctimas de estos delitos, tanto en las instituciones religiosas como en las laicas. La prescripción de muchos de estos delitos hace imposible su castigo. Las propuestas de Bergmann aspiran a que las víctimas obtengan, al menos, resarcimiento económico.

Las propuestas de Bergmann pasan ahora a las deliberaciones de la Mesa Redonda del Gobierno para los casos de abusos infantiles. Bergmann, que participa en la Mesa junto a las ministras de Justicia, de Educación y de Familia en el actual Gobierno de centro-derecha presidido por Angela Merkel, advirtió ayer de que su informe "no zanja el tema" de los abusos a menores, "que debe seguir presente" cuando finalice el trabajo de la Comisión el próximo 31 de octubre.

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