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Las cuentas públicas para 2011

Feijóo salva sus cuentas con capital privado

La Xunta sostiene que el recorte en sanidad, educación y bienestar solo afecta a los sueldos

Galicia deberá administrarse el año próximo con lo mismo que tenía en 2006. El presupuesto de la comunidad caerá en 2011 un 10,8% frente al actual ejercicio, -el mayor desplome desde que existe la Autonomía- y dispondrá de 10.548 millones de euros. En sus cuentas para el año próximo, la Consellería de Facenda pinta una previsión de crecimiento del 1% del PIB -frente al 1,3% que calcula para España el Ministerio de Economía- y una tasa de paro en Galicia del 15% al acabar el año, cuatro puntos por debajo de la media estatal.

En ese escenario, y dado que la capacidad de endeudamiento de las comunidades se ha limitado por decisión del Gobierno central del 2,75% del PIB al 1,3%, la Xunta pierde este año 1.177 millones de euros. Con lo que la tijera del presidente, Alberto Núñez Feijóo, entra en todas y cada una de las diez consellerías, si bien se ha amortiguado el impacto sobre aquellas de corte social (Educación. Sanidade, Traballo e Benestar) que de media perderán un 5,5% de los recursos de que disponían este año.

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El resto de los departamentos sufre un recorte medio en sus fondos del 24,7%%. Si no hay detalles cartera por cartera es porque la Xunta decidió aplazar ese dato hasta esta mañana, contraviniendo la costumbre de entregar las cifras desglosadas por consellerías que, desde Fraga, acompañó al trámite legal de aprobación de los presupuestos.

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En la presentación de los números para 2011, tanto Feijóo como la titular de Facenda, Marta Fernández Currás, vendieron la idea de que estas son las cuentas más "sociales" posibles en el actual contexto de crisis, "las que blindan las prestaciones del Estado del Bienestar". "Tres de cada cuatro euros son para política social", repitieron ambos, después de explicar que el Gobierno gallego pondrá de su bolsillo 395 millones de euros para cubrir servicios básicos que el Estado no transferirá el próximo ejercicio. Pese a que la Xunta, el presidente y los respectivos conselleiros habían repetido a coro que las políticas sociales están blindadas, los departamentos que gestionan la sanidad, la educación y la dependencia (cuya asignación crece un 3% hasta los 255 millones de euros), tendrán entre todos un 5,5% menos de presupuesto el próximo ejercicio.

El gabinete de Feijóo argumenta que ese descenso lo explica la bajada de sueldo de los funcionarios y los recortes de personal (que suman un descenso del 4,15%), fruto de la firme decisión de la Xunta de no suplir las bajas laborales. Fernández Currás recurrió ante los periodistas a un ejemplo gráfico para detallar cómo se organizará la Administración: cuando un trabajador caiga enfermo o se dé de baja por embarazo "su trabajo lo hará el de al lado".

Para que el descenso del gasto no sea lineal en todas las carteras, el Gobierno gallego ha sacrificado la inversión, que se reducirá hasta 1.308 millones de euros, un 14% menos comparado con las cuentas de 2010. Y eso que dentro de ese capítulo la Xunta incluye 504 millones que aportarán la financiación privada (el hospital de Vigo y 20 centros de salud se levantarán bajo esta fórmula) y la Sociedade Pública de Investimentos. De no hacerlo así la partida para obras, explicó el presidente, habría descendido un 36%.

El negro escenario económico y financiero que dibujan Feijóo y su equipo no les impide afrontar "rebajas selectivas de impuestos" que, según la conselleira de Facenda, tendrán "muy poquito impacto" sobre la recaudación. Además de las deducciónes en el IRPF para quienes inviertan en empresas gallegas y los que agrupen sus propiedades forestales, Facenda premiará a las 200 familias que en los últimos años han recibido a menores en régimen de acogimiento con una deducción de 300 euros en el tramo autónomico de ese impuesto.

La presentación de las cuentas aplaza al menos por un año más la promesa estrella del PP de rebajar el IRPF a más de 600.000 familias gallegas para dinamizar el consumo. Feijóo se contenta ahora con no incrementar los tributos "como están haciendo la mitad de comunidades autónomas". Pronosticó que "nadie pagará más" pero que "todos van a pagar los impuestos que les corresponden". Fue el preludio de otro anuncio: la Xunta sienta las bases para poner en marcha una agencia tributaria propia que combata el fraude fiscal. Este organismo que, según fuentes del Ejecutivo, empezará a funcionar en unos meses, no tendrá coste puesto que a él se trasladará el personal de la Dirección Xeral de Tributos de la Consellería de Facenda.

La parafernalia que acompañó a la presentación de las cuentas públicas evidenció otra vez el nulo entendimiento de la Xunta con el Gobierno central. Las previsiones del Ejecutivo autónomo ni siquiera toman en cuenta las del gabinete de Rodriguez Zapatero. Facenda obvia los datos del Gobierno y compara sus proyecciones con las que hacen media docena de bancos y fundaciones privadas para valorar la evolución de la economía española en 2011. A fin de cuentas, según Feijóo, a Zapatero ya no le cree nadie.

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