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El lenguaje de la discriminación

El profesor de la Universidad de Córdoba Ramón Morillo-Velarde es contundente cuando se pregunta si a través del lenguaje que utiliza una persona se puede saber su nivel económico y cultural: sí. "Se pone de manifiesto rápidamente y, además, es algo que todos nosotros percibimos de forma intuitiva".Incluso va más allá señalando que el lenguaje puede producir, de hecho, situaciones de discriminación: "Si alguien va a una entrevista de trabajo, con buena presencia, pero no sabe hablar, difícilmente conseguirá que el puesto sea para él".

La discriminación social también se ha instalado en el lenguaje, que separa los géneros. Morillo-Velarde cree que cuando se empieza a generalizar en los discursos la utilización de las palabras alumnos/as implica que hay una conciencia nueva que se está extendiendo.

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Sin embargo, no ve con tanta claridad el uso de términos como alcaldesa para referirse a la mujer que es máxima responsable de un ayuntamiento. Este término, indica, puede llevar a la confusión porque antes de que las mujeres estuviesen en política activa la alcaldesa era la esposa del alcalde y la generala, la esposa del general. "Eso lleva a que algunas mujeres quieran ser juez en lugar de jueza. Las dos palabras son válidas y serán los hablantes los que determinen cuál de ellas queda".

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