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Reportaje:Incumplimientos del pacto de izquierdas

La extravagancia política de Ardales

Izquierda Unida gobernará el pueblo malagueño gracias a los votos de Falange Auténtica

Fernando J. Pérez

Encaramado a una peña que dota a sus habitantes de frescor en verano y de cuestas todo el año, Ardales (Málaga 2.558 habitantes) vivió el sábado una escena peculiar, motivada por una configuración política local no menos extravagante. Los dos concejales de Falange Auténtica (FA), partido con representación en la localidad desde 1987 -cuando se presentaban bajo las siglas FE y de las JONS- daban su apoyo a los cuatro ediles de Izquierda Unida, coalición teóricamente en las antípodas de las esencias joseantonianas. Acababan así 20 años de gobierno local del socialista Salvador Pendón, presidente de la Diputación de Málaga, que ganó las elecciones, aunque con una gran fuga de votos: de 1.076 en 2003 a 684 el 27-M, sólo 43 más que los logrados por IU.

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La investidura con apoyo falangista ha costado al nuevo alcalde, Juan Calderón, y a sus tres compañeros de lista un expediente de expulsión de IU; y ha dado a FA -organización compuesta actualmente por "cuatro gatos", en palabras de su portavoz, Francisco Ortiz- una visibilidad de la que no disfrutaban desde la transición. Sin embargo, el ruido mediático y político que ha generado el cambio de alcalde y sus circunstancias no ha encontrado casi eco entre los habitantes de este pueblo de la comarca de Guadalteba.

"Aquí se vota a la persona, no al partido", repiten como un mantra todos los habitantes consultados por el periodista a la hora de explicar cómo un partido extraparlamentario y con resonancias tan antipáticas como FA obtuvo 271 votos en los últimos comicios locales. A esta teoría se abona también Juan Calderón, que ayer acudió al Consistorio por primera vez como alcalde. "Detrás de la crítica por falta de sintonía ideológica se tapa un apego al sillón", opina Calderón, de 54 años y maestro del grupo escolar Sagrado Corazón de Jesús, el mismo en el que enseña el portavoz de FA y del que Pendón fue director varios años.

"Aquí lo que ha llamado la atención ha sido la etiqueta de Falange y el hecho de que la persona desalojada del poder es un peso pesado del PSOE en Málaga y en Andalucía", asegura Calderón. Al alto -1,94 metros- y flamante regidor, le preocupa que se produzca una "polarización" en el municipio después de que el sábado una manifestación contra su investidura recorriera el pueblo.

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Calderón dice que su investidura obedece a dos razones principales: "La primera es la necesidad de regeneración democrática en Ardales, ya que Pendón tenía un estilo de gobierno que lo dominaba todo, y la segunda es que Francisco Ortiz y yo coincidimos en la necesidad de preservar el medio ambiente del pueblo y estamos en contra de las macrourbanizaciones con campos de golf que se planean en suelo rústico como La Laja".

En una escala en la que el 0 es la extrema derecha y el 10 la extrema izquierda, Francisco Ortiz ubica a FA en el 6 y asegura que su formación defiende la Constitución y es "plenamente democrática". "Hasta ahora, el voto de IU y de FA en temas locales ha sido coincidente siempre y con los mismos argumentos", asegura. No ocurre igual en asuntos supramunicipales, más cargados de ideología. "Si se presenta una moción para defender el federalismo en España votaremos no, pero eso no afecta a la vida municipal", asegura Ortiz, que fue durante tres meses concejal de Cementerio y Personal en el primer mandato de Pendón, en 1987. El ex alcalde le nombró también ese año cronista oficial del pueblo. Al margen de ideologías, todos los consultados, algunos de los cuales fueron sus alumnos, consideran a Ortiz y a Calderón personas "buenas y honradas".

Durante la mañana en Ardales sólo se ven mujeres, niños -en la escuela- y jubilados. Los hombres, en su mayoría, trabajan en la construcción en la Costa del Sol. Ardales ha perdido 298 habitantes desde 2001, un 10% de su población. "Pendón ha hecho mucho por el pueblo, lo ha arreglado y lo ha puesto bonito, pero ha creado un pueblo dormitorio en el que no hay trabajo para la juventud", considera el pensionista Antonio (nombre ficticio). A su lado, Miguel Ángel Leria, abogado y único entrevistado que se atreve a opinar con su nombre y apellidos, asegura que "la gente se ha cansado de la prepotencia de Pendón y de su grupo, viene bien un cambio". "Aquí sólo trabajan en el ayuntamiento los que tienen carné del PSOE", remacha Juan, también jubilado, bajo promesa de anonimato.

Pendón anunció una oposición "seria, responsable y rigurosa" y tachó de "mezquinos" a quienes afirman que desde la Diputación va a tomar "represalias" contra el nuevo alcalde. El ex regidor, que afirmó haber hecho una "gestión dignísima", tachó la investidura de Calderón de "alianza de perdedores difícil de entender".

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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