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Cataluña pierde 10.000 empresas del comercio, según el sector

El número de establecimientos y metros cuadrados, paradójicamente, crece

Amanda Mars

La transformación del consumo, la falta de relevo generacional y la competencia han comportado que Cataluña, una de las comunidades más proteccionistas con el pequeño comercio, haya perdido unas 10.000 empresas -que no puntos de venta- en los últimos 10 o 12 años. Ha pasado de 115.000 a tener entre 102.000 y 105.000. Gigantes y pequeños operadores del sector coinciden en la cifra, aunque discrepan sobre los motivos.

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Anged, la patronal de las grandes superficies, lo atribuye a motivos como la falta de relevo generacional y lo considera una prueba palpable de que no es la presión de los grandes de la distribución la que castiga al botiguer. "En 12 años no se ha dado en Cataluña ni una sola licencia de gran superficie y, sin embargo, han desaparecido 10.000 comercios", advirtió ayer el director general de la entidad, Javier Millán-Astray.

El Departamento de Universidades, Innovación y Empresa, del que depende Comercio, no pudo ayer confirmar esta cifra, aunque señaló que en los últimos ejercicios el balance no ha resultado tan negativo. Comercio admitió que "la tendencia es a la baja del número de operadores", pero indicó que ha crecido en valor añadido y superficie: la superficie media de las tiendas ha pasado de 73 metros cuadrados en 1995 a 92 metros cuadrados en 2003. Además, replicó a Anged que en los últimos 12 años la Generalitat ha aprobado 65.342 metros cuadrados de grandes superficies.

La desaparición de empresas de comerciantes no se ha traducido en la reducción de tiendas; es decir, que los puntos de venta crecen pero se concentran en menos manos. El papel de los híper en este proceso es una evidencia para el pequeño empresario: "Sobre todo en alimentación, los supermercados han devorado al colmado no especializado. El sector evoluciona, pero la gran superficie hunde al pequeño comercio", sostiene el secretario general de la Confederación de Comercio de Cataluña, Miguel Ángel Fraile.

Anged critica que la Generalitat ha enfatizado las trabas a las grandes superficies, pero ha aplicado una libertad a los supermercados intermedios que ha castigado al pequeño comercio.

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La evolución de la que habla el sector tiene que ver con las actividades de los establecimientos: una peluquería, por ejemplo, no se considera comercio, sino servicio, al igual que una tienda de informática o una tintorería. "Por ello, si una panadería decide hacer también de cafetería, y eso pasa mucho, pues deja de ser tienda", explica Fraile. El boom inmobiliario también ha influido, porque la friolera que algunos locales cuestan en los grandes ejes urbanos han llevado a los comerciantes a renunciar al negocio.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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