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Puig ya permite correr a 120 km/hora en los accesos sur a Barcelona

Los ciclistas piden limitar el tráfico para evitar la contaminación

A partir de las dos de la madrugada de hoy el consejero de Interior, Felip Puig, ha fulminado la limitación de los 80 km/hora en los accesos sur a la ciudad de Barcelona. El aumento de la velocidad en la autovía de Castelldefels (C-31) y la autopista del Garraf (C-32), se produce una vez que se ha retirado el anticiclón que ha ha hecho subir la contaminación a niveles más elevados de los que permite la Unión Europea.

Anoche estaba previsto que, una vez recibido el aval meteorológico, durante las primeras horas se adaptaran los paneles de señales luminosas para fijar los nuevos límites máximos de velocidad, que pasarán de los 80 por hora que estableció el tripartito a los 120 del Ejecutivo de CiU.

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El inicio del fin de la zona 80 se vio frustrado el pasado lunes en la C-31 y la C-32 debido a la presencia de un potente anticiclón que dio al traste con los planes de Interior, que ha tenido que posponer una semana sus intenciones. Se da el caso de que en los accesos a Barcelona por la C-31 y la C-32 los responsables de Tráfico ya retiraron el pasado 6 de febrero todas las señales fijas que establecían el límite a 80 -ahora hay tramos de 120 y de 100-, lo que ha provocado que esta semana las señales luminosas -que son las que siempre tienen prioridad- no hayan subido en ningún caso de los 80 por hora.

La ciudad de Barcelona registra unos niveles de óxido de nitrógeno que superan en 1.500 toneladas las previsiones del Ayuntamiento para este año. El plan municipal de ahorro energético 2007-2011, avanzado ayer por EL PAÍS, se halla a la mitad de su cumplimiento, pese a lo cual no se prevé restringir la circulación de vehículos privados en Barcelona.

Los ciclistas catalanes reivindican "medidas drásticas" para combatir la polución del aire en la capital catalana, como limitar el acceso de vehículos en la ciudad o instalar peajes como sucede en otras ciudades europeas. El coordinador de Bicicleta Club de Catalunya (Bacc), Haritz Ferrando, señaló: "las medidas que se han tomado hasta ahora no son suficientes" y reclamó ambición a los políticos para luchar contra este problema medioambiental.

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La Generalitat, por su parte, prosigue su cruzada para acabar con la limitación de los 80 km/hora. La próxima vía en suprimirlos será la C-31 norte -la autopista del Maresme-, donde se retirarán las 11 placas fijas que limitan la velocidad a 80 -en esta vía no funciona aún la velocidad variable- que serán sustituidas por otras placas fijas con las nuevas velocidades.

Por el momento, el Gobierno catalán no puede destinar los seis millones de euros que cuestan los paneles para la velocidad variable, por lo que la generalización de la medida se retrasará unos años.

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