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Los problemas de la sequía

La oferta del Gobierno sólo aporta el 6% del consumo de agua

El Ebro sólo supone una quinta parte del trasvase del Segre

Lluís Pellicer

Las necesidades de agua del área metropolitana de Barcelona a corto plazo no se verían satisfechas con la última propuesta del Gobierno central. El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero apuesta por comprar excedentes a los regantes del Ebro y luego llevarla hasta Cunit (Garraf), donde la conectaría con la red de Aguas Ter Llobregat. Lo haría en un telescópico tubo que sólo puede transportar 300 litros de agua por segundo, una quinta parte de los 1.500 litros que daría el trasvase del Segre.

Es más, la iniciativa del Gobierno central sólo cubriría el 6% de las necesidades de consumo mensuales del área de Barcelona.

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La propuesta que ha planteado la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega no sacia la sed barcelonesa a corto plazo. El sistema Ter-Llobregat necesita 14 hectómetros cúbicos al mes para abastecer a una población de cinco millones de habitantes. El trasvase del Segre al Llobregat, rechazado por De la Vega, aportaría el 32% de este gasto; los barcos que saldrían de Marsella, Lavéra (ambos en Francia), Carboneras y Tarragona, el 18,6%,. En total, solventarían alrededor de la mitad del consumo

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En cambio, la propuesta de comprar agua a los regantes del río Ebro sólo permitiría cubrir el 6% de las necesidades. El Gobierno sostiene que igualaría la propuesta de la Generalitat con una segunda conducción, paralela a la que llega a Cunit, que enlazaría El Vendrell con Vilafranca. Ésta recorrería una distancia de 25 kilómetros y podría llevar 1.000 litros de agua por segundo. De esta forma, el Gobierno no tendría que justificarse por ningún trasvase, porque no sacaría agua directamente del Ebro, sino de la que ya se ha captado para Tarragona.

Pero no hay suficiente tiempo. Los técnicos de la Agencia Catalana del Agua calculan que, en caso de que esta obra se iniciara de inmediato -lo cual dudan-, su construcción requeriría 21 meses. Demasiado tiempo teniendo en cuenta que los embalses de la cuenca del Ter-Llobregat ya se están aproximando al límite del 20%, por debajo del cual ya se activaría la fase de emergencia. Además, el tiempo estimado supera con creces el horizonte del mes de octubre, para cuando ya pintarían bastos si no ha llovido lo suficiente, puesto que podrían estar completamente agotadas las reservas de agua actuales.

En cambio, el trasvase del Segre estaría terminado en cinco meses si se empezara en mayo, que es cuando pretendía iniciarlo el Departamento de Medio Ambiente y Vivienda. De esta forma, se llegaría a tiempo para abastecer Barcelona durante la etapa de excepcionalidad y hasta que no entre en funcionamiento la planta desalinizadora de El Prat en primavera de 2009.

Es más, algunas propuestas puestas en marcha por el Departamento de Medio Ambiente y Vivienda ya aportan más agua que la propuesta del Ejecutivo central. La recuperación de tres pozos en Martorell han permitido obtener 500 litros de agua por segundo, 200 litros más que la porpuesta de De la Vega. El Gobierno, sin embargo, se niega a que la Generalitat se sirva de agua del Segre para llevarla hasta el Llobregat, entre otras razones, porque la captación se realizaría en Isòvol (Cerdanya), muy cerca de su nacimiento.

Por su parte, el Ayuntamiento de Lleida se incorporó ayer a la comisión técnica para estudiar soluciones ante una eventual falta de agua en Barcelona. El alcalde, Àngel Ros, habló por teléfono con el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, a quien le mostró su "interés" en que técnicos municipales participen en la comisión "de forma inmediata". Ros le remitió por escrito la moción aprobada en el pleno del viernes sobre la sequía.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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