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Con Agüero todo es posible

El delantero del Manchester City hunde al Villarreal (2-1) en el último minuto del partido

Con Agüero todo es posible. Por eso Macini, sin atender demasiado a sus molestias musculares, le hizo calentar antes de finalizar el primer acto, por eso le sacó al campo en el segundo, y por eso el Manchester City, cuando el partido se daba por cerrado, ganó frente al Villarreal. Una jugada por la banda derecha, auspiciada por Zabaleta con un centro raso y prolongada por Silva de tacón, fue resuelta por el Kun en el segundo palo. Un gol que hunde al Villarreal, sin estrenarse en Europa tras tres partidos; que catapulta al conjunto inglés, tercero en su grupo, a un punto del Nápoles, cuando se cumple el ecuador de la fase.

Buscando recuperar sensaciones y minimizar errores, Garrido volvió a retocar el once. Optó el técnico por dotar de experiencia a la zaga, situando a Marchena en el eje junto a Gonzalo Rodríguez, desplazando a Zapata al lateral derecho. Por delante de los centrales, en la creación, se situaron Bruno y Borja Valero, que debutaba en la competición con el Villarreal una vez cumplida la sanción de dos encuentros por el cabezazo a un jugador del Odense. Toque y apuesto por el juego de asociación, un arma para desestabilizar al City que fraguó a momentos, pero que se diluyó en la medida que Silva se cobró protagonismo sobre el tapete.

MANCHESTER CITY, 2 - VILLARREAL, 1

Manchester City: Hart; Zabaleta, Lescott, Kompany, Kolarov; De Jong (Agüero, m. 62), Yaya Touré; Johnson (Barry, m. 39), Silva, Nasri (Milner, m. 79); y Dzeko. No utilizados: Pantilimon; Richards, Savic y Clichy.

Villarreal: Diego López; Zapata, Marchena, Gonzalo, Catalá; Bruno, Borja Valero; Hernán Pérez (Wakaso, m. 79), De Guzmán (Marcos Gullón, m. 88), Cani (Mario, m. 81); y Rossi. No utilizados: César; Musacchio, Gerard Bordás y Joselu.

Goles: 0-1. M. 3. Cani. 1-1. M. 42. Marchena, en propia puerta. 2-1. M. 92. Agüero.

Árbitro: Pavel Kralovec (Chequia). Amonestó a Catalá, Mario Gaspar y Rossi.

Unos 47.000 espectadores en el estadio Etihad City of Manchester.

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Los problemas del City se focalizaron en la zona de ataque, toda vez que Agüero estaba de inicio en la rebotica y el temperamental Balotelli sancionado desde la pasada Liga Europa. Apartado por su indisciplina Tévez, al preparador italiano solo le quedaba disponible Dzeko. Lo mismo le da a Silva, que se entiende igual con uno que con otro, que volvió a convertirse en el director de orquesta del grupo de Mancini.

Lo mejor del City se concentra en el ataque, creativo, imprevisible y veloz. En defensa sigue siendo un conjunto típico inglés, tan fuerte como rudo. Lo comprobó pronto el Villarreal, que se presentó sin complejos en el terreno de juego, intentando retener el esférico lo máximo posible y adelantando unos metros la presión para dificultar el inicio del juego de los citizens. El Villarreal alcanzó el gol nada más dar comienzo el encuentro. El holandés De Jong, más conocido por su desmedida agresividad -véase la entrada que le propinó a Xabi Alonso en la final del Mundial- que por sus dotes técnicas, se despistó a la hora de iniciar el juego propiciando que De Guzmán le arrebatara el balón y enviara a Rossi. El duro disparo del internacional italiano fue rechazado de mala manera por Hart. El esférico cayó a los pies de Cani y lo envío a la red de manera suave.

Inesperadamente, el Villarreal se encontró con un paisaje idílico. El City había pagado la falta de fuelle inicial. Con el golpe, encontró la energía que le convierte en letal y acorraló al Villarreal, que tuvo los primeros cinco minutos más reconocibles y productivos en lo que va de temporada. Se agenció el esférico Silva y la máquina celeste comenzó a funcionar por más insistencia que juego, con más velocidad que precisión, por el centro y por las bandas, con Nasri y Johnson hiperactivos, con la zurda de Kolarov lanzando sus misiles. Los 20 minutos posteriores al gol fueron de autentico agobio para el Villarreal, que salió indemne de la situación y logró descongestionarse gracias a la movilidad de Hernán Pérez, cuya habilidad y velocidad anestesiaban por instantes la fuerza del City representada por el omnipresente Yaya Touré.

Si a los tres minutos de partido llegaba el gol del Villarreal, a falta de tres para finalizar el primer acto alcanzó el empate del City en una jugada iniciada, como no, por Silva, cuya apertura a la izquierda la continuó Nasri hasta Kolarov, cuyo centro fue empujado en propia puerta por Marchena. Todo el vértigo del conjunto de Mancini se convierte en pausa y transparencia cuando interviene Silva en el juego. El jugador canario se ofrece tanto como sus compañeros le buscan para que aclare, dé brillo y embellezca el industrial fútbol del conjunto británico. Silva amplifica y ennoblece al Manchester City. Agüero, sin embargo, lo puntea.

Con el delantero en el campo, el equipo inglés recobró su fútbol, ese vertical y vertiginoso, que se acaba en el área adversa y no en la zona de tres cuartos. Poco pudo hacer el Villarreal, con menos balón y apocado ante el empuje citizen. Una, dos, tres... se sucedían las ocasiones antes de acabar el duelo. Y cuando parecía que el duelo estaba terminado, Agüero puso la bota para resolver la jugada colectiva, para hundir al Villarreal y catapultar las aspiraciones europeas del Manchester City, en entredicho hasta entonces.

Agüero celebra el gol de la victoria del Manchester City sobre el Villarreal.
Agüero celebra el gol de la victoria del Manchester City sobre el Villarreal.JON SUPER (AP)

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