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Crónica:MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Alemania
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Corremos para empresas"

Alonso dice que no sabe qué pasó con Massa, el brasileño asegura que él es "muy profesional" y Domenicali se llevó a cenar a los pilotos

Oriol Puigdemont

Todos los dardos que Fernando Alonso ha soltado desde que debutó en la fórmula 1 hace nueve años le cayeron ayer encima, como una roca de tres mil kilos, cuando tuvo que justificar su victoria , la que le reengancha a la lucha por el título en la que, probablemente, era la última oportunidad que le quedaba este año. En la rueda de prensa se le detallaron varios episodios controvertidos en los que se ha visto involucrado en los últimos años, además de uno en el que no estuvo, por más que fuera el más parecido al que vivió ayer. Ocurrió en el Gran Premio de Austria de 2002 y también lo protagonizaron los que por aquel entonces eran los dos pilotos de Ferrari: Michael Schumacher y Rubens Barrichello. Al enfilar la recta de meta en la última vuelta, Barrichello pisó el freno de forma deliberada para que su compañero ganara la prueba, en una maniobra que después desencadenó la prohibición de las órdenes de equipo. El director de ese equipo era Jean Todt, el actual presidente de la FIA. "Era frenar o perder mi trabajo", reconoció años más tarde Rubinho. No será preciso que Felipe Massa haga lo mismo cuando abandone la escudería italiana porque lo que ocurrió ayer en Hockenheim habla por sí solo.

"Le dimos una información a Massa, nada más", concluyó el director del equipo
El caso será estudiado en la próxima reunión del Consejo Mundial
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Sentado entre Massa y Vettel, que se limitó a ver y callar, Alonso encajó como pudo lo que se le vino encima. Se le recordó aquello que dijo en Monza (2006), cuando perdió varios puestos en la parrilla porque los comisarios interpretaron que había entorpecido a Massa durante la clasificación -"la F-1 no es un deporte", soltó-, y también su reacción tras el Gran Premio de Europa de este curso, en Valencia. Consideró entonces que los comisarios habían beneficiado deliberadamente a Lewis Hamilton, que terminó el segundo después de adelantar ilegalmente al coche de seguridad -"ha sido una carrera manipulada", dijo-.

"Al adelantar a Felipe no sé qué ha pasado. Al salir de la curva seis he visto que iba un poco lento y he intentando adelantarle. Hay que aprovechar todas las oportunidades que se generan porque en este circuito es muy difícil. Nunca estuve suficientemente cerca de él para intentarlo, y por eso me ha sorprendido un poco", dijo Alonso. Cuando a Massa se le preguntó acerca de si la decisión de dejarse rebasar había sido suya, al brasileño se le cayó media sonrisa: "Claro que sí". Pasaban los minutos y las preguntas acerca de la polémica maniobra dieron paso a otras más maliciosas que provocaron que el español subiera la guardia. "¿Cree que el equipo ha tenido que intervenir porque usted no ha sido capaz de adelantar a su compañero en la pista?", le preguntaron al asturiano. "Esta es su opinión", encajó. "¿No cree que los aficionados a la F-1 pueden estar un poco frustrados con lo que ha ocurrido?", le inquirieron. "Siempre tratamos de armar un buen show en la pista, pero corremos para empresas, para equipos. Este año hemos visto que un accidente puede costar muy caro a un equipo y nosotros salimos de aquí con 42 puntos", resolvió el español.

Massa también tuvo lo suyo: "Tras el Gran Premio de Austria de 2002, la popularidad de Barrichello cayó mucho en Brasil. ¿Tiene miedo de que lo ocurra lo mismo?". "Claro que no. Soy muy profesional y lo he demostrado a lo largo de toda mi carrera. Hoy he dado otra prueba de ello", contestó el paulista. Stefano Domenicali, el director de la Scuderia, se llevó a cenar a sus dos pilotos a un restaurante. Allí les advirtió de la importancia de esta carrera para las aspiraciones del equipo. "Lo único que hicimos fue darle una información a Massa acerca de cómo estaba la carrera. Dejamos que ellos tomaran nota porque así nos asegurábamos el mejor resultado posible para el equipo", se defendió Domenicali tras la carrera. Puede que muchos le creyeran, pero la federación internacional no lo hizo, razón por la cual sancionó a Ferrari con 100.000 dólares (78.000 euros) y anunció que el caso será revisado en la próxima reunión del Consejo Mundial.

Fernando Alonso celebra en el podio del circuito de Hockenheim su victoria en el Gran Premio de Alemania en presencia
de Felipe Massa, segundo clasificado.
Fernando Alonso celebra en el podio del circuito de Hockenheim su victoria en el Gran Premio de Alemania en presencia de Felipe Massa, segundo clasificado.AFP

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