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Piqué, una tarjeta amarilla con polémica

El central forzó la amonestación por perder tiempo, no jugará contra el Levante y debería quedar a salvo para el clásico ante el Madrid

Los 53.775 espectadores que fueron al Camp Nou -la peor entrada en los últimos 53 partidos, desde el 24 de enero contra el Numancia- reconocieron al fin al Piqué jerárquico que echaban en falta. Le ha costado regresar de vacaciones. Entre otras razones, porque se ha pasado un mes y medio lesionado.

En el último encuentro en casa, Piqué marcó al Zaragoza y ayer volvió a parecerse al jugador que en verdad es. Paradigmática la jugada del tercer tanto, en la que recibió el balón como central y se filtró hasta oler el área. Al acercarse a la zona de Cobeño, vio volar a Alves y se lo puso para que el brasileño se lo cediera a Villa, que lo llevó a la red. "Cuando ves a Piqué hacer cosas como esas, es señal de que empieza a estar bien", le piropeó Pep Guardiola.

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Piqué empezó como central por la derecha y, cuando el técnico mandó adelantarse a Alves, se quedó solo en el eje. Sobrio al tapar, colaboró en mantener a cero la portería de Valdés, imbatido este año en el Camp Nou en la Liga.

Hacia el final, Piqué forzó una tarjeta amarilla por perder tiempo. Así, no podrá jugar el partido contra el Levante y debería quedar a salvo para el clásico ante el Madrid, el 10 de diciembre. "La acción ya se ha visto y el árbitro ha hecho su reflexión en el acta. No opino de los colegiados. Dos minutos antes ha sancionado a Valdés por lo mismo y él no estaba apercibido", dijo Guardiola. Pérez Lasa, en cualquier caso, reflejó que el motivo de la amonestación a Piqué fue la pérdida de tiempo. No se refirió explícitamente a que fuera provocada. "Aún no sé quién va a jugar contra el Levante, imagínense contra el Madrid", concluyó el entrenador azulgrana.

"Ánimo de perder tiempo"

Existía ayer en el Camp Nou cierta incertidumbre por saber cómo gestionarían Piqué y Busquets, ambos con cuatro amonestaciones en su expediente, sus respectivas situaciones. El medio ni siquiera pisó el césped, pero el zaguero vio su quinta cartulina amarilla al retrasar el saque de una falta. Una acción que incluso arrancó la sonrisa del árbitro Pérez Lasa, que después recogió en su acta: "en el minuto 83 el jugador Gerard Piqué fue amonestado por el siguiente motivo: retrasar la reanudación de un saque a favor de su equipo con ánimo de perder tiempo".

La nueva normativa de la Real Federación Española de Fútbol recoge en su artículo 112.3 que "el futbolista que en el transcurso del partido provoque la quinta amonestación a que hace méritos el presente artículo, podrá ser sancionado, además de con la sanción prevista en el párrafo primero de este artículo, con un partido adicional de suspensión y multa accesoria en cuantía de 600 euros".

Eso sí, el artículo especifica que "para la determinación de la intención del futbolista se tendrán en cuenta circunstancias tales como la naturaleza de la regla del juego infringida, la actitud del futbolista durante el encuentro, etc. A tal efecto, el árbitro del encuentro estará habilitado para hacer constar tal circunstancia en el acta arbitral".

Un castigo por pérdida de tiempo se produjo también hace un año en Ámsterdam, donde dos jugadores del Real Madrid -Xabi Alonso y Sergio Ramos- forzaron dos cartulinas amarillas por orden expresa de su técnico, José Mourinho, con la mediación de los metas Iker Casillas y Jerzy Dudek. La Comisión de Control y Disciplina de la UEFA abrió una investigación, sancionó al preparador portugués con dos partidos de suspensión, además de 40.000 euros, y a los jugadores con multas económicas de menor cuantía. El organismo interpretó que había existido intencionalidad de los futbolistas para buscar la tarjeta.

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