_
_
_
_
_
Reportaje:La batalla eléctrica

Armisticio en la madrugada

Las cúpulas de las tres empresas dieron de plazo hasta el lunes para llegar a un acuerdo que pusiera fin a la batalla por el control de Endesa

Miguel Ángel Noceda

Las cosas pintaban fatal para E.ON y en el cuartel general del grupo, en Düsseldorf, exigieron una solución. No se podía esperar más ni gastar más dinero en publicidad para acabar en un fracaso sonado. La evolución de la OPA sobre Endesa indicaba que difícilmente podía alcanzar el 30% de la compañía. La suerte estaba echada. El presidente del grupo, Wulf Bernotat, un hombre pragmático que se ha jugado su prestigio en la operación, se vio obligado a dar los pasos necesarios para encontrar una "salida sensata" a una situación traumática. Pidió que localizaran a los responsables de Enel y Acciona, las empresas rivales, las que habían impedido su triunfo. Todos se citaron en Madrid.

A las dos de la mañana del lunes se rompen las negociaciones. E.ON quería más
Más información
E.ON anuncia inversiones en el sector energético español y provoca fuertes subidas en Bolsa
Enel y Acciona presentarán la OPA sobre Endesa en la segunda quincena de abril

En Roma, Fulvio Conti, recibió la llamada. Era la tarde del viernes 30 de marzo, y el primer ejecutivo del grupo italiano tenía previsto pasar el fin de semana en su casa y seguir el partido que su equipo, el Lazio, jugaba en Udine. Bernotat le solicitó una reunión urgente. Conti se lo contó después a José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, y acordaron citar a los alemanes en Madrid a la mañana siguiente.

E.ON había aguantado mucho. El viernes ya sólo quedaban cuatro días para que terminara el plazo de aceptación y hasta entonces los responsables de E.ON habían mantenido agarrado el hacha de guerra. Incluso trataron de convencer a Acciona, sin éxito, de que apoyase su OPA ofreciendo los activos de Endesa en Latinoamérica y los de energía renovable. Y todavía después de que la empresa española firmase la alianza con Enel, E.ON creía que podía alcanzar el peso suficiente para hacerles frente.

Eran los últimos estertores de un fracaso que hace menos de dos meses no les pasaba por la imaginación. Pero Bernotat se armó de valor y aceptó, pese a su convencimiento de que el acuerdo hispanoitaliano es ilegal, fraguar un acuerdo y poner fin a más de año y medio de "confrontación empresarial y judicial que amenazaba con hacerse permanente en detrimento de Endesa, de sus accionistas y de las partes".

El fin de este largo conflicto comenzó el sábado por al mañana. Tras los contactos del viernes, los equipos de las tres empresas comenzaron a negociar a tumba abierta en el despacho de abogados Pérez Llorca y Asociados, en la madrileña calle de Alcalá (casualmente, el edificio donde estaba la sede de Trasmediterránea, empresa hoy perteneciente a Acciona). Los ejecutivos y los abogados contratados de cada uno (Uría y Menéndez y Albiñana y Suárez de Lezo, por Acciona; Erede y Papalardo y Cuatrecasas, por Enel; y Pérez Llorca por E.ON), iniciaron unas intensas discusiones con dos mandamientos: cumplir la legalidad y acabar antes de la noche del lunes. Ni Enel ni Acciona querían llegar al martes, último día de la OPA.

Todo iba sin parar. Apenas algún receso para tomar bocadillos y muchos litros de agua. Pero, a las dos de la mañana del lunes, más o menos 40 horas después de haber comenzado a despachar, las negociaciones se rompieron. E.ON quería más. No había problemas sobre Viesgo, ni sobre los activos que recibía de Francia, Italia, Polonia y Turquía. El obstáculo radicaba en las centrales térmicas que ofrecían los aliados y las que querían los alemanes. Enel y Acciona comenzaron ofreciendo 500 megavatios (MW), los correspondientes a un central, y E.ON pedía más de 3.000.

El tira y afloja sobre este punto había consumido mucho tiempo, horas, y no parecía tener solución, a pesar de que se elevó la oferta a dos centrales, pero la firma alemana no aflojaba. Se produjo un verdadero bloqueo, que algunos de los presentes veían de difícil solución, y los negociadores decidieron retirarse a descansar.

No les dio tiempo. En una hora estaban de vuelta. Durante ese tiempo, los teléfonos móviles hirvieron. Conti hablaba desde el Hotel Villamagna con Andrea Brenton, su hombre en las negociaciones; Entrecanales, que esperaba en duermevela en su casa, con su director financiero y hombre de confianza, Valentín Montoya, y Lutz Feldmann le daba el parte a Bernotat, que se había quedado en Portals (Mallorca), donde tiene un chalé.

La situación se recompuso. Enel y Acciona estuvieron de acuerdo en elevar la cesión de activos a 1.475 megavatios (MW), correspondientes a tres centrales térmicas (una de carbón, una de fuel y otra de ciclo combinado), a las que hay que añadir el suministro de energía de origen nuclear por una potencia de 450 MW durante 10 años. E.ON quedó conforme y las negociaciones prosiguieron pasadas las tres de la mañana.

A las nueve de la mañana se llegó al punto final. Quedaba lo que, probablemente, es más enrevesado en un acuerdo: escribirlo. Mientras los abogados lo pasaban al lenguaje mercantil y contractual, los jefes recibían la llamada para avisarles de la fumata blanca. Mientras Bernotat cogía un jet para trasladarse rápidamente a Madrid, Conti convocaba al consejo de administración para una reunión extraordinaria en la capital de España. El traslado de los consejeros de la empresa italiana a Madrid no supuso muchos problemas. La reunión comenzó a las tres de la tarde en la misma sede de Pérez Llorca, mientras en despachos contiguos esperaban Bernotat y Entrecanales con sus gentes. El consejo, que duró en torno a una hora (lo que suele ser normal en una reunión de este tipo aunque sea un tema monográfico), se hizo eterno para los demás. Pero no hubo sorpresas ni disensiones. Pasadas las cuatro de la tarde se daba paso a la firma y a las fotos para la posteridad con el Palacio de Telecomunicaciones de la plaza de Cibeles al fondo. Bernotat, Conti y Entrecanales se entrecruzaron las manos. Hubo sonrisas y quizá algunos sapos que tragar, pero esa foto ya es histórica.

El desarrollo de las negociaciones fue puntualmente comunicado al Gobierno español, que supo de las intenciones de E.ON de cerrar un acuerdo desde el principio. La primera llamada, antes de que los tres responsables firmasen, fue a La Moncloa. Fuentes gubernamentales destacaron, precisamente, que la solución final responde a los intereses del Estado. No convenía para esos intereses que E.ON se fuera con una goleada. La salida es digna. Al final, y así lo piensan también las fuentes citadas, E.ON ha entrado en España y tiene la posibilidad de convertirse en uno de los principales operadores energéticos del país. Así lo anunció ayer un sonriente Bernotat, que no dudó en sacar pecho y arremeter cuando cupo contra sus compañeros de firma. Pero nada más. En el futuro seguirán siendo muy rivales. El que avisa...

También estuvieron informados Manuel Pizarro y Rafael Miranda, presidente y consejero delegado de Endesa, los hombres que trajeron a España a E.ON vestido de caballero blanco para defender a la compañía eléctrica española de la OPA lanzada por Gas Natural. El futuro de Pizarro, que luchó porque la acción llegase lo más alto posible, está lejos de Endesa. Ayer, Bernotat dijo que había hablado con ambos, pero reseñó que su relación con la empresa ya había terminado. También aclaró que había hablado con Caja Madrid, que le había dado su apoyo para la OPA. La opción de E.ON fue defendida por el PP, en contraposición al Gobierno.

Y sobre la dimisión de Manuel Conthe al frente de la CNMV por sus diferencias con el resto del consejo del organismo sobre la OPA, dijo que tenía unas ideas que no iba a expresar. La marcha de Conthe y la de Pizarro, son las dos consecuencias inmediatas de este final.

Bernotat, Entrecanales y Conti posan tras cerrar el pacto sobre la OPA de Endesa el pasado lunes en Madrid.
Bernotat, Entrecanales y Conti posan tras cerrar el pacto sobre la OPA de Endesa el pasado lunes en Madrid.EFE

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_